En Guantánamo, se llevaron a cabo juicios contra cuatro individuos acusados de desviar recursos destinados a la población afectada por el huracán Oscar y a programas sociales. Ambos casos destacan por el impacto negativo de las acciones en sectores vulnerables.

En el primer juicio dos trabajadores de la Unidad 642 de la Empresa Mayorista de productos alimenticios y otros bienes de consumo fueron juzgados por apropiarse indebidamente de bienes destinados a la canasta básica y donativos. Entre los productos desviados se encontraban 62 kilogramos de leche en polvo descremada, destinada a niños de dos a seis años, y 388 paquetes de pasta alimenticia. Los bienes, cuyo valor superó los 3,000 pesos, se encontraron ocultos en un almacén improvisado tras los daños sufridos por el huracán en la instalación principal.

El jefe de almacén recibió una condena de un año de prisión y una multa de 2,000 pesos, mientras que el jefe de brigada fue sentenciado a un año de prisión. Las sanciones incluyeron la inhabilitación para ejercer funciones públicas durante el tiempo de la condena.

En el segundo juicio, se determinó que el jefe de una unidad de alimentos en Guantánamo vendió ilegalmente harina, arroz, chícharos y aceite, recursos provenientes de donativos. Los productos fueron hallados en la vivienda de un cómplice en San Antonio del Sur.

Ambos acusados fueron sentenciados por apropiación indebida: el trabajador a un año de prisión y su cómplice a diez meses de privación de libertad. También se les impusieron sanciones accesorias similares a las del primer caso.

Dado que los delitos ocurrieron durante un desastre natural, se aplicaron agravantes según el Código Penal cubano. Además, se prohibió a los acusados salir del país y ejercer cargos públicos durante el tiempo de la condena.

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