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Pasan los días... ¡la infamia crece! Silencio absoluto ante los desaparecidos en base militar de Melones

Redacción de CubitaNOW ~ martes 14 de enero de 2025

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La dictadura cubana, ajena por completo al sufrimiento de padres y amigos, mantiene un silencio sepulcral en relación con el trágico suceso que deja a 13 personas desaparecidas, nueve de ellas reclutas del Servicio Militar Obligatorio. Familiares denuncian negligencia y falta de información mientras crece la indignación pública.

El silencio del régimen cubano persiste una semana después de las explosiones ocurridas en la Unidad Militar de las FAR en Melones, municipio "Rafael Freyre", Holguín. La tragedia ha desatado indignación entre los pobladores y Cuba entera. Las primeras versiones oficiales indicaron que las detonaciones tuvieron lugar en un almacén de material bélico y que acceder al lugar representaba un peligro por posibles explosiones secundarias.

Desde entonces, las labores de rescate no se han iniciado, según denunciaron familiares. En una escueta nota publicada el 10 de enero, el MINFAR informó que se mantenía en contacto con los allegados de los desaparecidos, pero no ofreció detalles sobre el avance de la investigación o posibles intentos de rescate.

Los familiares de los desaparecidos están desesperados; entre ellos, se encuentra Héctor Adrián Batista Zayas, de 20 años, residente en el barrio La Pedrona del municipio Mayarí y su mamá, “destrozada” según señalan los vecinos, tuvo que ser ingresada en terapia tras recibir la noticia. Según declaraciones recogidas por medios independientes, la familia ha enfrentado no solo el dolor de la pérdida, sino también la incertidumbre y el hermetismo oficial.

“No es fácil entregar a tu hijo al Estado para el Servicio Militar y que te digan que desapareció así sin más. Ni cuerpo hay para velarlo”, lamentó un amigo cercano.

Como Héctor Adrián, otros ocho jóvenes soldados, sin la debida preparación, fueron asignados a tareas en túneles subterráneos donde presuntamente se manipulaba material de guerra. Familiares han acusado al régimen de negligencia y encubrimiento. Según testimonios recogidos por redes sociales y medios independientes, los reclutas manipulaban materiales potencialmente peligrosos sin la preparación ni el equipo necesario.

El MINFAR aseguró que el acceso al lugar se realizaría “en cuanto las condiciones lo permitan” y que el retorno de los evacuados a sus hogares había sido autorizado tras evaluar que no existía peligro inmediato. Pero, se preguntan los familiares ¿hasta cuándo no se sabrá de esos muchachos?

Las declaraciones de fuentes militares han sido insuficientes y vacías de sentimientos; no calman la indignación de familiares, quienes consideran que no se han tomado medidas concretas para localizar a los desaparecidos.

El caso ha provocado una oleada de críticas en redes sociales y medios independientes lo que contrasta con el silencio cómplice de los medios oficialistas, Noticiero de Televisión y diario Granma para empezar que nada dicen al respecto. Una publicación de la plataforma “La Tijera” destacó los nombres de los reclutas desaparecidos y cuestionó las razones detrás del accidente.

“Es posible que ni siquiera supieran lo que estaban trasladando y manipulando ¿Misiles antiaéreos, armas químicas? Todo puede ser posible”, señaló la publicación, que también denunció el abandono a las familias.

El hermetismo del régimen no es un hecho aislado. En crisis anteriores, como la explosión en el Hotel Saratoga o el incendio en la base de super tanqueros de Matanzas, las autoridades han sido criticadas por la falta de transparencia y el manejo deficiente de la información. El régimen cubano mantiene un control estricto sobre la información, lo que limita el acceso a datos fiables sobre el incidente. La falta de comunicación oficial alimenta la incertidumbre y refuerza las sospechas de encubrimiento. Mientras tanto, los familiares de los desaparecidos esperan respuestas y, sobre todo, acción.

“No han buscado en ningún momento. Les dijeron que debían esperar 72 horas, pero han pasado más de siete días y no se ha hecho nada”, denunció Jesús Antonio, tío de Liander José García Oliva, otro de los jóvenes desaparecidos.

En un contexto donde la desinformación prevalece y las familias enfrentan el peso del silencio oficial, las demandas de justicia y transparencia crecen cada día. La tragedia en Holguín no solo expone las fallas estructurales en el manejo de crisis del régimen, sino también el alto costo humano de un sistema que parece priorizar sus secretos sobre la verdad.

En resumen: ¡Nada importa la vida humana del cubano de a pie; total, si ahí no había ningún nieto de abuelito! Ni el Cangrejo ni Sandro Castro ni Manuel Cuesta estaban ahí... ¿los demás? ¡No importan!

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