Las imágenes parecen una broma de mal gusto, pero no lo son. En el oriente de Cuba, autoridades locales han mostrado cuevas naturales como posibles refugios para la evacuación de la población ante la inminente llegada del huracán Melissa.

Las fotografías fueron publicadas en Facebook por Yulien Salina Gallardo, quien se identifica como presidente de la AMPP (Administración Municipal del Poder Popular) en el municipio Yateras, provincia de Guantánamo.

En su publicación, Salina escribió:

“Recorremos cuevas que, como parte de experiencias en anteriores eventos, fueron utilizadas para la evacuación de la población en comunidades intrincadas que no poseen otras estructuras sólidas a tal efecto, las que se acondicionan de forma higiénica y segura para la protección.”

Las declaraciones, acompañadas de imágenes donde se aprecian militares con palas y funcionarios inspeccionando las cavernas, provocaron indignación y asombro en redes sociales, donde cientos de usuarios cuestionaron cómo un país puede afirmar que está preparado para enfrentar un fenómeno meteorológico de gran magnitud mientras ofrece refugios improvisados en cuevas.

El periodista Javier Díaz, quien compartió la información, expresó con ironía y preocupación:

“Hasta dónde llegará ese país. Dios proteja a su gente durante las próximas horas. Y ahora Cuba dice estar preparada; ahora no entiendo para qué estos militares tienen dichas palas. ¡Lo de ese país no tiene lógica!”

El caso pone en evidencia la enorme precariedad de las estructuras de defensa civil en las zonas rurales cubanas, donde muchas comunidades carecen de refugios adecuados, techos resistentes o centros de evacuación.

Aunque el régimen insiste en que su prioridad es “preservar la vida humana”, la realidad en territorios como Yateras refleja lo contrario: improvisación, abandono y una respuesta de emergencia basada más en la propaganda que en la preparación real.

Mientras el huracán Melissa se aproxima con fuerza al Caribe, las imágenes de familias guantanameras escondiéndose en cuevas recorren las redes sociales como símbolo de un país que se declara listo, pero que no tiene adónde ir para proteger a los suyos.

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