De cara a la reapertura de las fronteras el venidero 15 de noviembre, el régimen cubano ha asegurado y advertido a la población que en la isla los casos de COVID-19 seguirán siendo altos.

Según la prensa oficialista cubana, el comportamiento de la COVID-19 en las próximas semanas deberá estar controlado atendiendo al avance del proceso de vacunación.

Sin embargo, dicen, cualquier cambio negativo de la pandemia será culpa de “la indisciplina y la baja percepción de riesgo en determinados sectores de la población”

“Es verdad que estos últimos son pocos, pero ante la alta contagiosidad del SARS-CoV2 con sus nuevas cepas, pueden demorar con su actitud torpe e insensible el manejo definitivo de una enfermedad que, si bien permanecerá, puede llegar a niveles residuales; a dejar de ser un problema de Salud para Cuba”, añaden.

En un reciente encuentro de los científicos y expertos en los que también participaron el dictador Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, también miembro del Buró Político, así como también el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, trascendió que “Pinar del Río, Sancti Spíritus y Camagüey tienen la situación más compleja del país, aunque presentan una tendencia al control de casos confirmados, al igual que Artemisa, Las Tunas, Villa Clara, Mayabeque y Granma. Todos son territorios que han alcanzado los valores máximos en los pronósticos o están próximos a lograrlo. No obstante, solo para Las Tunas y Granma se dibuja una meseta de casos confirmados”.

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