Esta semana, el Dr. José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública de Cuba, admitió de manera pública que las cifras oficiales de muertes por COVID-19 en el país pueden ser inexactas.

Las palabras llegan después de que un galeno antillano mostrara cómo manipulan los números para que las estadísticas sean menores.

En los reportes diarios que ofrece el MINSAP “sólo ingresan los que en el momento de su deceso tienen un PCR positivo”, aseguró el titular, al tiempo que añadió que otra razón para que no aparezcan en las estadísticas como muertes por coronavirus es que mueran antes de conocer los resultados de los test.

Esta semana, bajo el título: ‘La muerte y el más allá’, el diario local en Ciego de Ávila, Invasor, que también se refirió al tema de las cifras de fallecidos, intentó justificar la situación en el cementerio de la ciudad capital provincial.

El reportaje, aparece luego de cientos de denuncias sobre el terrible olor que circula en esa zona de la ciudad avileña.

En el artículo señalan que la situación constructiva de los nichos es adecuada, y aunque confirman el hecho, dicen que la causa del problema es el elevado volumen de fallecidos "descomponiéndose al mismo tiempo".

“El resultado da espanto: 339 enterramientos en 17 días, sin que la cifra hable de los que fueron al crematorio ni a los cementerios de Jicotea y Ceballos, dos poblados que pertenecen a la cabecera avileña. A estas alturas podríamos ser, en el país, el municipio de mayor letalidad (cantidad de muertes, respecto al total de confirmados) o de mayor mortalidad (total de muertes, contra total de la población)”.

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