Regresamos al medioevo: las hornillas de carbón se adueñan de las cocinas cubanas
Redacción de CubitaNOW ~ domingo 29 de septiembre de 2024
Los extensos y cruentos apagones de hasta doce horas diarias, que torturan a la población cubana, han hecho tomar medidas extremas a las encargadas de dar de comer a sus familias. Es así que en medio de la grave crisis energética ha resurgido el negocio de las hornillas de carbón, para facilitar la cocción de los alimentos que antes se elaboraban con electricidad.
En grupos de Facebook de Las Tunas abundan publicaciones de venta de estas hornillas, que se usaron durante el llamado Período Especial, en la última década del siglo pasado. Algunas llegan a costar 2500 pesos, lo mismo que un salario mínimo, según puede leerse en los anuncios de compraventa en sitios tuneros. Las hornillas también se venden "hasta en 1200 pesos en Camagüey", indican varias publicaciones en la red social.
En varias provincias, el propio régimen que había obligado a emigrar la cocción de alimentos a la matriz energética, ha iniciado la venta de carbón luego de que muchas familias se quejaran de que no tenían cómo cocinar en medio de los apagones. Especialmente en los territorios orientales, el carbón ha sido la solución a la crisis. Actualmente, los apagones en Cuba sobrepasan los 1000 MW diarios, una tercera parte de la demanda nacional.
La situación es una muestra más de la ineficacia del gobierno para gestionar los recursos y garantizar los servicios básicos a la población. La crisis energética se debe en gran parte a la falta de mantenimiento e inversión en las infraestructuras eléctricas del país. Los apagones son el resultado de décadas de negligencia y mal manejo de los recursos. La corrupción y la mala gestión de los fondos públicos agravan la situación. En lugar de invertir en la mejora de la red eléctrica, los recursos son desviados o mal utilizados, dejando a la población en una situación crítica.
El resurgimiento del uso de hornillas de carbón y la venta de carbón por parte del desgobierno son medidas desesperadas y temporales que no abordan la raíz del problema. Los apagones prolongados no solo afectan la vida cotidiana de los cubanos, sino que también tienen un impacto negativo en la economía. La producción y el comercio se ven interrumpidos, lo que agrava aún más la situación económica del país.