En un emotivo video compartido en su cuenta de Instagram, el reconocido actor cubano Jorge Martínez abrió su corazón al público para hablar de los momentos más difíciles de su vida: la lucha contra el cáncer.

Con voz serena, él confesó que en medio del dolor se aferró a todo lo que pudiera brindarle esperanza: “Lo que me salvó fue un compendio de muchas cosas”, sentenció, explicando que su recuperación fue posible gracias a una combinación de medicina convencional, terapias alternativas y, por encima de todo, una actitud mental positiva.

Martínez relató cómo llegó a visitar a un sanador en el pueblo de Fomento en Sancti Spíritus, un hombre al que conocen como Cristóbal o "Cristo". Aclaró con humildad: “No he dicho nunca que esta persona fue quien me curó, pero sí fue parte de ese momento en que uno lo intenta todo por vivir”.

Compartió que su relato no estaba pensado para promocionar prácticas no convencionales, sino para ofrecer consuelo a quienes atraviesan situaciones similares: “A lo mejor alguien necesita esa esperanza… Yo también la necesité”.

Su ruta de sanación estuvo atravesada por extremos físicos y emocionales. Martínez recordó que durante la segunda batalla —un cáncer en la garganta— los médicos le dieron apenas seis meses de vida.

Pese a ello, continuó trabajando en la novela “El derecho de soñar”, rodando hasta 14 escenas diarias mientras recibía quimioterapia y radioterapia. Perdió el paladar y las glándulas salivares, y bajó hasta los 42 kilos. Solo vivía en Cuba, sin apoyo cercano, y enfrentó la enfermedad prácticamente en solitario.

Su salvavidas fue una amiga que lo recibió en Italia: "gracias a ella, pasé un año recuperándose en ese país; fue mi “ángel de la guarda” .

Más allá de su recuperación física, Jorge Martínez envió un sencillo pero potente mensaje final: “Les deseo a todos mucha salud. Que no pierdan la fe. Y que le pongan mente positiva a la vida”.

Esa mentalidad lo impulsó a superar adversidades que incluían no solo el cáncer, sino también consecuencias como la pérdida de un pulmón, una glándula suprarrenal y años durísimos de tratamiento oncológico.

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