Un incendio se desató este miércoles en un basurero ubicado en la intersección de las calles Concordia y Belascoaín, en el municipio de Centro Habana, a escasa distancia del Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, uno de los centros médicos más importantes del país, según reporta la página de Facebook La Tijera.

De acuerdo con información preliminar, el fuego se originó en un vertedero improvisado de desechos sólidos, una práctica que se ha vuelto recurrente en la capital debido al colapso del sistema de recogida de basura. Las llamas y la densa humareda generaron alarma entre residentes y transeúntes, preocupados especialmente por la proximidad de una institución hospitalaria donde se atienden pacientes críticos.

Unidades del Cuerpo de Bomberos se desplazaron de inmediato al lugar para controlar el incendio y evitar que se propagara a edificaciones cercanas. No se reportan víctimas, pero persiste el riesgo por la inhalación de humo y la acumulación de materiales inflamables.

Este incidente refleja un problema crónico en La Habana: la acumulación de basura en las calles, que se ha convertido en un peligro constante para la salud pública y la seguridad de los ciudadanos. Los vertederos improvisados no solo aumentan el riesgo de incendios, sino que también favorecen la proliferación de enfermedades y la contaminación ambiental, afectando la calidad de vida en barrios densamente poblados.

La situación evidencia la crisis de los servicios comunales en la capital cubana. La incapacidad de garantizar un sistema de recogida de desechos eficiente ha derivado en prácticas improvisadas y riesgosas para la población. Incidentes de este tipo se han vuelto frecuentes en distintos puntos de la ciudad, poniendo en evidencia la falta de soluciones estructurales a un problema que afecta tanto a ciudadanos comunes como a instituciones críticas, como hospitales y escuelas.

La acumulación de basura y la presencia de basureros improvisados cerca de edificios públicos representan un riesgo que va más allá de los incendios. La exposición constante a humo, polvo y desechos orgánicos incrementa la posibilidad de enfermedades respiratorias, gastrointestinales y dermatológicas, sobre todo entre niños, adultos mayores y personas con patologías preexistentes.

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