Una jornada marcada por el caos y la indignación sacudió las comunidades del sur de California, luego de una nueva ola de redadas migratorias encabezadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), con el apoyo, según denuncias, de la policía local.

Las operaciones provocaron protestas espontáneas en zonas como Paramount y el centro de Los Ángeles.

Desde la madrugada, agentes federales, algunos vestidos de civil y fuertemente armados, realizaron detenciones en calles, viviendas y centros de trabajo.

Videos difundidos en redes sociales por el sitio "El Piñero periodismo y debate" muestran escenas de violencia y desesperación, con agentes enfrentando a residentes que intentaban impedir los arrestos.

En Paramount, suburbio angelino con alta población latina, los manifestantes bloquearon vehículos oficiales y arrojaron objetos contra agentes. También se reportaron daños a automóviles particulares y vehículos de la Patrulla Fronteriza.

La situación se tornó caótica y requirió refuerzos policiales.

Testigos acusan a los agentes de ICE de utilizar fuerza excesiva, mientras que organizaciones como la ACLU del Sur de California señalan que el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) violó su compromiso de no cooperar con operativos migratorios.

“Los líderes municipales rompieron su promesa. Agentes del LAPD ayudaron a ICE a aterrorizar barrios, impidiendo que personas trabajaran, acudieran a tribunales o a graduaciones escolares”, denunció Andres Kwon, abogado de la ACLU.

Hasta el momento, se reportan al menos 45 personas detenidas, aunque las autoridades no han revelado sus nombres ni el estado de sus procesos migratorios.

Cientos de ciudadanos respondieron con movilizaciones en calles y frente a instalaciones federales, denunciando lo que califican como una política racista y represiva.

Las manifestaciones continúan en varias zonas del condado de Los Ángeles.

La creciente presión federal en materia migratoria ha encendido las alarmas entre defensores de derechos humanos, líderes comunitarios y familias migrantes, que temen un retorno a políticas de persecución masiva.

La crisis social en California refleja un panorama tenso y polarizado en torno al tema migratorio, con autoridades locales en la mira por su rol en los operativos.

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