Una nueva controversia se ha generado en redes sociales a raíz de una publicación atribuida a Sandro Castro, nieto del exdictador cubano Fidel Castro, que ha provocado fuertes reacciones entre activistas y usuarios digitales. El contenido, difundido durante la Nochebuena, fue señalado por la activista Irma Broek, quien aseguró haberlo encontrado en la red social TikTok y lo calificó como una muestra de provocación y desconexión con la realidad que vive gran parte del pueblo cubano.

Según la publicación citada, Sandro Castro habría enviado un mensaje irónico y festivo en el que mezclaba referencias a la Navidad, el consumo de alcohol y la electricidad, aludiendo incluso a la posibilidad de “pedirle al SEN para prender las guirnaldas”. El texto dicho en un tono burlón, menciona además felicitaciones a diversos animales, lo que muchos interpretaron como una falta de respeto en un contexto marcado por apagones, escasez y dificultades económicas en Cuba.

La activista Irma Broek reaccionó con dureza al contenido y escribió en su perfil: “Miren la porquería que me encontré por TikTok, de seguro que en su bar no falta ni la buena bebida ni mucho menos la luz”. Su publicación se viralizó rápidamente, generando un intenso debate entre quienes critican el comportamiento del joven y quienes consideran que se trata simplemente de una estrategia para llamar la atención.

Entre las opiniones recogidas en redes sociales destaca la de José Pérez, quien expresó que Sandro Castro “solo hace llamar la atención”, y lo describió como “un muchacho privilegiado que nació entre algodones”, añadiendo que, a su juicio, aparenta ingenuidad para provocar reacciones en la población. Pérez subrayó que este tipo de actitudes reflejan una desconexión total con los problemas cotidianos que enfrentan muchos ciudadanos.

Por su parte, Juaquina Santander ofreció una visión distinta, aunque también crítica. En su comentario afirmó que considera a Sandro Castro “un descarado” y sugirió que sus publicaciones podrían formar parte de una estrategia para desviar la atención pública. Según Santander, este tipo de mensajes “sirven para mantenernos entretenidos” mientras persisten problemas estructurales más profundos en el país.

La polémica vuelve a poner en el centro del debate el papel de los familiares de figuras históricas del poder cubano y el uso de las redes sociales como espacio de provocación, crítica y desahogo ciudadano. Más allá del contenido concreto, el episodio refleja el creciente malestar social y la sensibilidad existente ante cualquier mensaje que pueda interpretarse como burla o indiferencia frente a la realidad de la mayoría.

Fuente: Perfil de Irma Broek

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