Un almuerzo patriótico convocado en Miami representa mucho más que un simple acto social: es una acción de resistencia cultural y política destinada a financiar una película que desvela los horrores de las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP).

Estos campos, creados en los años 60, fueron lugares donde el régimen cubano sometió a miles de personas a trabajos forzados y condiciones inhumanas, castigándolas por sus creencias o su identidad.

La película “Del dolor, la dignidad” será un testimonio visual que pretende llenar un vacío en la memoria histórica cubana. A través del arte, Vilaplana y su equipo quieren denunciar los abusos y abrir un espacio para la reflexión sobre la represión sistemática. Esta obra sigue la línea de los reconocidos Plantados y Plantadas, que logró poner en la agenda internacional el sufrimiento de los presos y presas políticas cubanos.

“Este filme busca mostrar la verdad que el régimen ha querido ocultar durante décadas”, subrayan sus creadores. La recaudación de fondos a través del almuerzo y la campaña en línea es vital para que este proyecto pueda salir adelante, dado que las producciones independientes que enfrentan temas políticos en Cuba suelen carecer de apoyo financiero suficiente.

Al reunir a la comunidad cubana en Miami y a simpatizantes de los derechos humanos, el evento se convierte en una plataforma de unidad y resistencia, reafirmando el compromiso de preservar la memoria histórica. El homenaje a las presas políticas también destaca la importancia de recordar y honrar a quienes han sufrido persecución y abuso.

Con esta película, Lilo Vilaplana reafirma su papel como un cineasta comprometido con la justicia y la verdad, usando el arte para denunciar la represión y dar voz a los olvidados. La causa de las UMAP, ahora en el centro de atención, merece ser conocida para que las injusticias del pasado no se repitan y se haga justicia a quienes fueron víctimas.

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