El corazón de Cuba late fuerte incluso en medio del desastre.

La influencer Rachel Arderi y el cantante urbano Oniel Bebeshito se unieron para enviar ayuda humanitaria a las familias del oriente cubano, tras el devastador paso del huracán Melissa, que dejó a miles de personas sin hogar, sin alimentos y con graves daños materiales.

En un video compartido por La Familia Cubana, Rachel aparece visiblemente emocionada mientras relata el drama que vive su familia en Holguín. “Estoy dando un granito de arena para mi gente de oriente, porque mi familia completa está allá. Tuve que mover a mi abuelo y a toda mi familia. La casa de mi abuelo se inundó completa, y es una casa de tres pisos… se inundó hasta el segundo”.

El huracán Melissa golpeó con fuerza histórica: ráfagas de viento de hasta 295 km/h, lluvias torrenciales e inundaciones que destruyeron comunidades enteras. En Holguín, el Hospital "Vladimir Ilich Lenin" sufrió graves daños, con cortes de electricidad y zonas completamente anegadas. Muchos barrios siguen sin agua potable ni servicios básicos, mientras las familias intentan reconstruir con lo poco que les queda.

Ante esta crisis, Rachel decidió actuar rápido. Organizó el envío de alimentos y artículos de primera necesidad, convencida de que “eso es lo que más necesita el pueblo ahora”. “No se trata de mostrar lujo ni fama —dijo—, sino de ayudar a la gente que está pasando hambre y frío.” Oniel Bebeshito también dejó clara su postura solidaria: “Yo no hago donaciones para las redes, por eso no subí nada. Lo hago por mi gente, no por los likes”. Su gesto generó una ola de admiración entre los cubanos dentro y fuera de la isla.

Los comentarios en redes no se hicieron esperar:

“Qué lindo gesto, el oriente está destruido, cualquier ayuda se agradece.”

“Ese bro es el número uno sin discusión. Tremenda humildad.”

“Rachel demostró lo que es tener corazón, no olvidarse de los suyos.”

Rachel y Bebeshito mostraron que el amor por Cuba va más allá de las fronteras. En tiempos de dolor, su acción solidaria es un recordatorio de que la unión y la empatía pueden más que cualquier huracán.

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