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Ex agente cubano acusado de torturas regresa a la Isla tras permanecer en EEUU bajo perfil

Redacción de CubitaNOW ~ martes 22 de abril de 2025

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El exoficial de inteligencia cubana Leandro Rubén Garnica González ha regresado recientemente a Cuba, luego de una estadía de casi tres años en Estados Unidos. Su huida se da en medio de crecientes denuncias sobre su historial como uno de los represores más temidos del aparato de contrainteligencia del régimen castrista, especialmente en las provincias de Cienfuegos y Villa Clara.

Garnica González, quien llegó a suelo estadounidense en mayo de 2022 bajo el amparo de una reclamación familiar, específicamente de su hija, intentó mantener un bajo perfil mientras residía en el país norteamericano. Sin embargo, investigaciones independientes y testimonios de víctimas terminaron por exponer su oscuro pasado al servicio del temido Departamento de Seguridad del Estado.

Reportes del canal de YouTube Molinos por la Libertad, así como denuncias realizadas por medios del exilio, revelan que Garnica fue responsable directo de múltiples casos de tortura, acoso y represión contra opositores políticos, periodistas independientes y defensores de los derechos humanos. Entre los nombres de sus víctimas figuran la periodista María Elena Alpízar y el líder opositor Guillermo Fariñas, galardonado con el Premio Sájarov por el Parlamento Europeo.

Uno de los testimonios más estremecedores es el de Jorge Luis Brito, activista y expreso político, quien narró haber sido testigo de los gritos desgarradores de dos mujeres que estaban siendo torturadas bajo la supervisión directa de Garnica. Hasta la fecha, las identidades de estas mujeres no han sido reveladas, y su paradero es desconocido.

Además, se le vincula con la brutal "limpieza del Escambray", una operación represiva en la cual el régimen utilizó métodos inhumanos para neutralizar toda forma de oposición armada o civil en el centro de la Isla. Garnica también es señalado por prácticas de abuso sexual y físico contra mujeres detenidas, lo que agrava aún más la magnitud de sus crímenes.

El retorno del exagente a Cuba ha sido interpretado por sectores del exilio como un intento de evadir la justicia ante el temor de una deportación o detención en Estados Unidos. Esto ocurre en un contexto donde las políticas migratorias han endurecido su postura frente a individuos con antecedentes represivos. Bajo ciertas disposiciones, migrantes acusados de delitos graves podrían ser enviados a centros como la prisión de Guantánamo o el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador.

Este caso no es aislado. Recientemente, se reportó la autodeportación del exdirigente comunista Misael Enamorado Dager, quien fue primer secretario del Partido Comunista en Santiago de Cuba. Ambos figuran en una lista de cien represores cubanos cuya expulsión de Estados Unidos es exigida por organizaciones del exilio, lista que fue presentada al Departamento de Seguridad Nacional por el congresista cubanoamericano Carlos A. Giménez.

El caso de Garnica reabre el debate sobre la entrada de agentes del régimen cubano a Estados Unidos mediante engaños y la necesidad urgente de un filtro más riguroso para impedir que violadores de derechos humanos encuentren refugio en tierras de libertad.


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