La continua oleada de destituciones y desapariciones de altos mandos militares en China ha encendido las alarmas sobre la estabilidad interna del Ejército Popular de Liberación (EPL) y su preparación de combate. La ausencia de figuras clave durante la ceremonia de incorporación del nuevo portaaviones en Hainan volvió a exponer la magnitud del remezón dentro de la institución militar, en un momento en que el liderazgo de Xi Jinping busca proyectar control absoluto.

En el evento, la ausencia del comandante de la Marina, Hu Zhongming; del jefe del Teatro Sur, Wu Yanan; y del comisario político Wang Wenquan fue notoria. Todos ellos forman parte del grupo de mandos que han sido destituidos, investigados o retirados discretamente en los últimos meses, según reportes de Financial Times.

La dimensión del problema es considerable: cuatro de los cinco jefes de los comandos regionales están desaparecidos o bajo investigación, al igual que altos oficiales de la fuerza terrestre, la Marina y la Fuerza de Cohetes. Incluso varios departamentos dependientes de la Comisión Militar Central —máximo órgano de mando bajo Xi— han visto desaparecer a sus directivos de la esfera pública.

Un funcionario estadounidense citado por Financial Times señaló que, aunque Pekín intenta mostrar normalidad, la crisis está “afectando definitivamente las operaciones en la primera línea del EPL”. La mayoría de los analistas coincide en que la purga ha sido profunda, aunque no hay claridad sobre cuánto afecta la capacidad bélica del régimen.

Tras la caída del general He Weidong —hasta hace poco el tercer militar más poderoso del país— los observadores han detectado cambios en las maniobras del EPL alrededor de Taiwán. Ha disminuido el número de cazas que cruzan la línea media del estrecho y se ha reducido la presencia de aeronaves cerca del espacio aéreo taiwanés. Algunos expertos creen que esto responde a una reorganización interna más que a una pérdida de capacidad militar.

Analistas taiwaneses han apuntado que He era el principal defensor de la “guerra de zona gris” contra Taiwán, enfocada en intimidación y presión continua. Su salida habría dado paso a una estrategia más tradicional de entrenamiento, impulsada por el general Zhang Youxia, segundo al mando tras Xi.

Otros factores podrían estar influyendo. Fuentes de inteligencia extranjera aseguran que el EPL considera que ya domina las operaciones necesarias para controlar la primera cadena de islas y está enfocándose ahora en escenarios de confrontación con Estados Unidos en el Pacífico. Durante 2024, China realizó ejercicios que involucraron cifras récord de buques y aeronaves alrededor de Taiwán, Japón y hasta más allá de Guam.

Además, especialistas creen que Pekín está evitando provocaciones para facilitar un acercamiento diplomático con el presidente Donald Trump y aprovechar la llegada al poder en Taiwán de un nuevo presidente del Kuomintang, más favorable a la China continental.

Sin embargo, persisten los temores sobre el impacto de las purgas en la estructura y cultura interna del EPL. La remoción masiva de comisarios políticos y la posible promoción acelerada de oficiales jóvenes podrían generar un cuerpo militar más agresivo, menos experimentado y con mayor disposición al riesgo.

Como advirtió un alto funcionario taiwanés: “El resultado de estas purgas todavía es completamente incierto”.

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