Más de 400 mil cubanos con I-220A luchan por regularizar su estatus en Estados Unidos y establecer sus hogares de forma definitiva en el país. Muchos se preguntan si pueden o no, comprar una casa en ese contexto de tanta incertidumbre. La realtor cubanoamericana Dolly Torres explicó, en una conversación con el periodista Mario J. Pentón, que el mercado inmobiliario en Estados Unidos presenta oportunidades únicas para los migrantes, incluidos los cubanos con I-220A que deseen comprar una vivienda.

Aunque enfrentan desafíos legales y financieros, muchos inmigrantes han logrado establecerse y adquirir propiedades en el país, tras mantener una conducta financiera confiable. Torres explicó que los cubanos con I-220A, un documento de libertad bajo supervisión, pueden comprar casas siempre que cumplan ciertos requisitos: “Lo más importante es tener un permiso de trabajo válido y demostrar al banco que trabajarán al menos por los próximos dos años”, detalló la experta, quien trabaja como realtor en Florida y Kentucky.

El historial crediticio y el cumplimiento fiscal son claves en este proceso. “Si han hecho sus taxes y mantienen su permiso de trabajo, pueden acceder a programas de hipotecas que faciliten la compra”. En estados como Kentucky existen programas diseñados para quienes tienen un buen historial crediticio, incluso si solo llevan un año trabajando en Estados Unidos.

Aunque Miami y sus alrededores son populares entre los cubanos, Torres reconoció que los precios de las viviendas en esta área son mucho más altos.

Según datos de Miami Realtors, el precio medio de un condominio en Miami-Dade alcanzó los 415 mil dólares en 2024, mientras que en Broward es de $280 mil. A pesar de estos costos, el inventario de propiedades disponibles ha crecido significativamente, lo que favorece a los compradores.

Para aquellos que buscan opciones más asequibles, Torres recomienda explorar otras ciudades con menores costos de vida, buen empleo y servicios educativos de calidad, aspectos muy valorados por las familias cubanas.

Torres enfatizó la importancia de la educación financiera para los nuevos inmigrantes que llegan al país. “El historial crediticio es crucial. Hay que educarse en este aspecto, ahorrar para los gastos de cierre y evitar malgastar para mantener un crédito ideal superior a 700 puntos”.

Comprarse una casa en Estados Unidos implica desafíos, como las altas tasas hipotecarias, que actualmente oscilan entre el 6.5% y el 6.9%, según el Banco de la Reserva Federal; sin embargo, también representa un compromiso a largo plazo con la vida en este país, consolidando raíces y brindando estabilidad a las familias cubanas.

A medida que el mercado inmobiliario continúa evolucionando, las posibilidades de que los cubanos con I-220A accedan a la propiedad de viviendas reflejan un cambio significativo en sus oportunidades de integración y progreso en Estados Unidos. 

Una alternativa accesible para los cubanos son las casas móviles, que ofrecen una opción económica y flexible para quienes buscan un lugar propio sin asumir deudas significativas. Estas viviendas permiten a los propietarios ahorrar y tener un espacio equipado mientras consideran una inversión futura en una propiedad fija.