Las autoridades han arrestado a Raúl Leiva Silva y a su hijo Raúl Leiva (conocido como Raulito), señalados como los presuntos responsables del asesinato y agresión sexual de la niña Hilda Puig Peña.

El caso, que ha conmocionado profundamente a la comunidad, ocurrió hace pocos días y ha generado un fuerte clamor popular exigiendo justicia ejemplar.

Según la información publicada en el perfil de Crímenes y Desaparecidos en Cuba, ambos sospechosos fueron detenidos tras las investigaciones iniciales que apuntaban a su presunta participación directa en el crimen.

Testimonios recogidos en la zona y evidencias recolectadas por la policía habrían llevado a las autoridades a proceder con el arresto.

La víctima, una menor de edad, fue hallada sin vida en circunstancias que evidencian extrema crueldad, hecho que ha desatado indignación generalizada tanto entre vecinos como en redes sociales.

La conmoción se ha visto amplificada por el hecho de que los acusados serían padre e hijo, lo que añade un componente perturbador a la naturaleza del crimen.

Vecinos de la comunidad afirman que la niña era muy querida y que su familia está devastada por lo ocurrido.

Desde que se conoció la noticia, múltiples publicaciones en redes han exigido que el caso no quede impune y que se impongan las máximas sanciones que permite la ley.

En Cuba, este tipo de delitos genera un fuerte rechazo social, pero también críticas hacia el sistema judicial, al que muchos ciudadanos acusan de no ser lo suficientemente transparente ni firme en la aplicación de justicia.

Colectivos y ciudadanos han pedido que el juicio sea público y que se garantice que los responsables no regresen a las calles.

Hasta el momento, las autoridades no han emitido un comunicado oficial detallado sobre el caso, aunque fuentes extraoficiales señalan que los sospechosos se encuentran bajo custodia en espera de proceso penal.

La memoria de Hilda Puig Peña se ha convertido en un símbolo de la necesidad urgente de reforzar la protección a menores en Cuba y de garantizar que actos de esta naturaleza reciban un castigo ejemplar.

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