Descarga gratis nuestra App

Primero de Mayo en Cuba: Desfile obligado en medio del hambre, la miseria y la oscuridad

Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 30 de abril de 2025

Article feature image

Este 1.º de mayo, la dictadura cubana volverá a utilizar a sus trabajadores asalariados como piezas de utilería para montar una puesta en escena de respaldo popular que no existe. Con la excusa de conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores, el régimen obliga a cientos de miles de ciudadanos a participar en desfiles y concentraciones que poco o nada tienen que ver con celebraciones reales. La consigna es clara: aparentar unidad y apoyo incondicional, cuando la realidad que viven los cubanos es de desesperanza, miseria y represión.

En cualquier otro país, el 1.º de mayo es una fecha para reivindicar derechos laborales, salarios justos y condiciones dignas. En Cuba, es un acto de sumisión obligada. No se celebra el trabajo, se exalta la obediencia al poder. No se reconocen logros, se esconde la catástrofe. Los trabajadores cubanos no tienen nada que festejar. Viven atrapados en un sistema que no les garantiza ni lo más básico: ni comida, ni transporte, ni electricidad, ni medicinas, ni salarios que les permitan sobrevivir con dignidad.

Mientras el gobierno organiza estos desfiles, en los hogares cubanos los refrigeradores están vacíos, los apagones superan las 12 horas diarias y las farmacias están desabastecidas. El salario mensual promedio no alcanza ni para comprar un cartón de huevos en el mercado informal. La inflación devora lo poco que queda y la corrupción campa a sus anchas, mientras los dirigentes viven alejados de la realidad del pueblo.

La educación y la salud, dos pilares que el régimen aún se atreve a mostrar como logros, ya no son lo que fueron. Las escuelas están deterioradas, sin maestros calificados ni materiales básicos. La sanidad pública, colapsada, obliga a los pacientes a llevar hasta las jeringas y los medicamentos. Cada vez más cubanos recurren a las redes sociales para pedir ayuda para sobrevivir.

A esto se suma el auge de fenómenos que eran tabú en la Cuba oficialista: drogas, violencia, prostitución, suicidios y un éxodo masivo de jóvenes que prefieren arriesgar la vida antes que seguir atrapados en una isla sin futuro. La falta de transporte, la escasez de combustible y la ruina de las industrias nacionales son síntomas de una economía en estado terminal.

Pero nada de eso importará este 1.º de mayo, cuando las cámaras oficiales enfoquen multitudes obligadas, pancartas diseñadas desde los ministerios y consignas vacías repetidas por miedo. Porque en Cuba no desfilar es un riesgo: se traduce en sanciones laborales, marginación social o, en el peor de los casos, represión directa. El ausentismo es considerado una traición, y la participación, una prueba de “revolucionariedad” forzada.

El Primero de Mayo en Cuba es, por tanto, un acto político, no una conmemoración obrera. Una máscara de normalidad impuesta por una dictadura que necesita aparentar lo que no tiene: respaldo popular. Los trabajadores cubanos no marchan por convicción, marchan por miedo, por rutina o por simple supervivencia. En vez de festejar conquistas laborales, el pueblo cubano desfila en señal de su sometimiento, mientras el mundo observa una de las tantas farsas que sostiene al régimen en el poder.

Porque en la Cuba de hoy, el único “logro” que puede celebrar el trabajador es haber sobrevivido otro día más en un país donde el futuro sigue siendo una palabra prohibida.


Recomendado para ti

Tambien te puede interesar