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Premio Iberoamericano al ICRT: Un reconocimiento a la censura y la manipulación ideológica

Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 5 de marzo de 2025

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Este martes, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) entregó los I Premios Iberoamericanos de Cooperación para el Desarrollo, una distinción que reconoce a instituciones y personas por su contribución en áreas fundamentales como la educación, la ciencia y la cultura. Entre los galardonados, destacó el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica (ICAIC), el cual recibió el premio en la categoría de Cultura. Sin embargo, más allá de su aportación en el campo del cine, este premio representa una clara ironía, pues el ICAIC es, ante todo, un instrumento de propaganda ideológica al servicio del régimen cubano.

El Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), responsable de la censura y manipulación de la información en la isla, ha jugado un papel clave en el establecimiento de un monopolio informativo, restringiendo la libertad de expresión y distorsionando la realidad del país. Lejos de fomentar un ambiente de pluralidad, el ICRT ha sido un pilar fundamental para el régimen cubano, asegurándose de que solo se difundan contenidos que estén alineados con la ideología oficial del Partido Comunista.

En lugar de ser un referente para la cultura cubana en su totalidad, el ICRT ha silenciado y excluido a todos aquellos artistas y comunicadores que no se suman a la narrativa oficial, convirtiéndose en un aparato de control ideológico y censura. En un país donde las voces disidentes son calladas y donde la crítica al gobierno es castigada con represión, el ICRT ha sido la herramienta más eficaz para garantizar que el discurso único del régimen se mantenga dominante. Los medios estatales, bajo su supervisión, sirven como un vehículo para la propaganda política, buscando legitimar un sistema que ha dejado al pueblo cubano en la miseria y al margen del progreso.

El premio otorgado al ICRT no solo es un reconocimiento a una institución que ha contribuido a la consolidación de una dictadura, sino que refleja una profunda contradicción con los principios que deberían guiar la cooperación para el desarrollo en Iberoamérica. La OEI, que se presenta como un organismo comprometido con la democracia y los derechos humanos, otorga este galardón a una entidad que no ha hecho otra cosa que violar los derechos fundamentales de los cubanos, restringiendo su libertad de expresión y su acceso a una información veraz.

El ICRT, lejos de ser un ejemplo de cooperación cultural, es un actor central en la perpetuación de un régimen que se nutre de la censura y la represión. En lugar de fomentar un ambiente de intercambio cultural y pluralismo, ha utilizado su poder para borrar cualquier atisbo de diversidad en la sociedad cubana. La entrega de este premio es un mensaje equivocado, pues aplaudir la labor de una institución que ha sido un baluarte de la tiranía cubana solo refuerza el autoritarismo y la censura que sufren los cubanos día a día.

La hipocresía detrás de este galardón no solo es evidente, sino alarmante. En un momento en que la comunidad internacional debe ser firme en su apoyo a la libertad de expresión y los derechos humanos, reconocer al ICRT como un actor relevante en la cooperación cultural solo sirve para perpetuar la manipulación informativa que ha caracterizado al régimen cubano durante décadas. Es un triste recordatorio de cómo, en ocasiones, los premios y los reconocimientos pueden ser utilizados como herramientas de legitimación de los regímenes autoritarios, en lugar de como verdaderos incentivos para el desarrollo social y cultural.


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