'Otro invento' más: aprueba Consejo de Ministros implementación del mercado cambiario con tasa flotante
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 3 de febrero de 2025
El Consejo de Ministros aprobó la implementación del mercado cambiario entre el peso cubano (CUP) y el dólar estadounidense (USD) con una tasa flotante, según transciende en medios oficialistas. En la reunión presidida por Miguel Díaz-Canel, Manuel Marrero, primer ministro del país, presentó un “minucioso plan de acciones” similar al expuesto en la pasada sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
La cúpula gobernante presidida por Díaz Caneldonde aprobó “el nuevo mecanismo para la gestión, el control y la asignación de las divisas para todos los actores económicos; la implementación del mercado cambiario y la dolarización parcial de la economía”.
Según la exposición de Marrero Cruz, estas acciones son vitales para avanzar en el resto del Programa de Gobierno, sobre todo por el impacto que tienen en dos de los objetivos claves: “Incrementar y diversificar los ingresos externos del país” y “el incremento de la producción nacional, con énfasis en los alimentos”.
El reciente anuncio del Consejo de Ministros de Cuba ha generado preocupación debido a la implementación de un mercado cambiario con una tasa flotante entre el peso cubano y el dólar estadounidense. Esta medida se suma a una serie de reformas económicas que el gobierno asegura son fundamentales para el "progreso del país", pero la falta de transparencia y los antecedentes de malas gestiones alimentan las dudas sobre la sinceridad de estas promesas.
El primer ministro, Manuel Marrero Cruz explicó que la creación de este mercado cambiario es parte de un "minucioso plan de acciones" para "incrementar y diversificar los ingresos externos del país" y fomentar la producción nacional, especialmente en el sector alimentario. No obstante, la población cubana está escéptica, dado que en los últimos años, el gobierno ha implementado numerosas reformas que, en lugar de mejorar la situación económica, han exacerbado los problemas de escasez, inflación y desigualdad social.
La dictadura ha mantenido durante décadas una narrativa en la que promete soluciones económicas constantes, pero con un historial de fracasos. Aunque se presentan con medidas como la "dolarización parcial de la economía", estas a menudo se limitan a hacer ajustes superficiales sin resolver los problemas estructurales subyacentes. Los cubanos han vivido años de incertidumbre, con precios de productos básicos disparándose mientras los salarios siguen sin alcanzar para cubrir las necesidades diarias. La situación económica es más que crítica, a pesar de las promesas repetidas de cambios profundos.
El “análisis constante” de las medidas que el gobierno se compromete a hacer parece más una táctica para dar la impresión de que están monitoreando la situación, pero en realidad no se prevén acciones efectivas para abordar la raíz de los problemas. El control estatal sobre la economía sigue siendo rígido y las iniciativas de reformas no han logrado consolidar un sistema que permita la sostenibilidad y el crecimiento del país de forma equitativa. A pesar de la implementación de nuevas políticas económicas, como el mercado cambiario y las proyecciones de crecimiento en diversas áreas, la falta de resultados tangibles deja a muchos cubanos con la sensación de que se trata de promesas vacías.
Además, el hecho de que aún no se definan claramente los presupuestos ni se tomen en cuenta las demandas de la población muestra la desconexión entre la administración y los ciudadanos. Las reparaciones y el desarrollo de infraestructuras en barrios en transformación no se alinean con las necesidades reales de la gente. Mientras tanto, las acciones gubernamentales siguen siendo anunciadas sin ninguna rendición de cuentas clara, dejando espacio para la duda sobre si realmente existirán mejoras sustanciales en la vida diaria de los cubanos.