Un operativo policial en Santiago de Cuba resultó en la incautación de carne de ganado y armas de fabricación casera tras la denuncia de un residente del barrio "Oscar Lucero", en el municipio de Mella. Mientras el régimen intensifica la persecución del comercio ilegal, la crisis alimentaria sigue empujando a muchos cubanos a la clandestinidad.

Según informó en Facebook el perfil afín al gobierno “Héroes del Moncada”, agentes del Ministerio del Interior irrumpieron en una vivienda donde presuntamente se preparaba la venta ilegal de carne, sorprendiendo a los involucrados en plena faena. Varias personas fueron detenidas, aunque no se han dado a conocer cifras ni detalles sobre las consecuencias legales que enfrentarán.

El sacrificio clandestino de ganado ha aumentado en la Isla como respuesta a la falta de acceso a la carne en los mercados estatales y los elevados precios en el sector privado. Mientras el gobierno impone estrictas restricciones al consumo y comercialización de carne de res, el mercado negro sigue siendo la única alternativa para muchas familias.

A pesar de los constantes operativos, las autoridades no han logrado frenar la actividad ilegal ni abordar el problema de fondo: el desabastecimiento crónico y la crisis económica que empuja a los cubanos a estas prácticas. La narrativa oficial justifica estos operativos como medidas para garantizar el “orden y la tranquilidad ciudadana”, pero en la práctica, solo refuerzan el control estatal sin ofrecer soluciones a la escasez.

En diciembre pasado, un caso similar en Holguín terminó con la detención de Humberto Cabrera Sanz, quien transportaba tres sacos de carne de res en un carretón. La noticia fue difundida por el perfil oficialista “Cazador-Cazado”, con un tono irónico que minimizaba la desesperación de quienes recurren al comercio clandestino.

El mercado negro de carne de res persiste en Cuba porque la demanda supera ampliamente la oferta legal. Mientras el gobierno refuerza su aparato represivo, la población sigue enfrentando dificultades para acceder a productos básicos. Sin alternativas reales para aliviar la crisis, el tráfico ilegal de carne sigue siendo una opción de supervivencia para muchos cubanos.

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