Cuba vuelve a estremecerse ante un nuevo feminicidio, el segundo reportado en menos de 24 horas en la capital.

La víctima, Beatriz López, una joven residente en el barrio de Vista Hermosa, en La Cuevita, municipio San Miguel del Padrón, fue brutalmente asesinada durante la madrugada o primeras horas de la mañana de este sábado, según informó la página comunitaria Nio Reportando un Crímen y corroboraron vecinos del área.

El caso ha provocado profunda consternación y alarma en la comunidad, no solo por la violencia del hecho, sino porque el presunto agresor es un hombre con un largo y peligroso historial criminal. Según fuentes locales, el sujeto —cuya identidad aún no ha sido divulgada oficialmente— cumple condena por el asesinato de dos personas y se encontraba de pase temporal al momento del crimen. Beatriz, quien lo conocía, había ido a recogerlo para pasar la noche en su vivienda.

Testigos relatan que la pareja estuvo el viernes por la noche en el bar “Las Sillitas Altas”, un lugar frecuentado por vecinos de la zona. Tras regresar a la casa de la joven, se desató una fuerte discusión. Fue entonces cuando, según las primeras versiones, el agresor la golpeó repetidamente, la estranguló y dejó su cuerpo en el baño. Después, cerró la vivienda con aparente calma, intentando simular que Beatriz dormía o se encontraba indispuesta.

El silencio inusual de la joven durante la mañana encendió las alarmas de vecinos y allegados.

Llamaron a su puerta, intentaron comunicarse, pero no hubo respuesta. Finalmente, al lograr abrir la vivienda, encontraron el cuerpo sin vida de Beatriz, confirmando la peor de las sospechas.

Aunque inicialmente se difundió la versión de que el agresor había escapado, fuentes del propio barrio confirmaron que ya fue detenido y permanece bajo custodia de las autoridades.

Este crimen se suma a la alarmante ola de violencia feminicida que vive el país, donde los casos se acumulan sin que la población perciba medidas efectivas que frenen la tragedia. Cada nuevo nombre representa una familia destrozada, un vacío irreparable y una sociedad cada vez más desesperada ante una violencia que parece no encontrar fin en Cuba.

Fuente: la Tijera

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