El caos energético en Cuba empeora diariamente y no se ve luz al final de un inmenso túnel de desesperanza. Ante la profunda crisis energética que afecta al pueblo, el régimen cubano pidió aumentar la producción de carbón en la provincia de Pinar del Río, como una alternativa para las familias que sufren cortes de electricidad de más de 15 horas diarias en las últimas semanas.

La página web del canal televisivo local Tele Pinar publicó la información y destacó que “este producto se ha convertido en un recurso vital para la cocción de alimentos en localidades de Vueltabajo”.

Las autoridades locales del Partido y el Gobierno en la provincia insisten en la necesidad de aumentar la producción de carbón, un esfuerzo al que se suman los trabajadores de la Empresa Agroforestal; territorios como Minas de Matahambre reciben el servicio de gas licuado apenas dos veces al año. Así las cosas, la Unidad Empresarial de Base (UEB) "Silvícola Sumidero" vendió aproximadamente 300 sacos de carbón en las zonas de Cabeza, San Carlos y Sumidero y una cantidad similar en el Consejo Popular Pons y el poblado cabecera en el citado municipio.

Mientras que Miriam Martínez Veloz, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Minas, afirmó que cerca de 80 campesinos se sienten motivados para impulsar este renglón destacando el creciente interés en aprovechar el marabú, una planta silvestre, como materia prima para la producción de carbón, un recurso importante en la economía del país, según Tele Pinar.

La realidad es que el caos energético crece en Cuba, donde este martes se vivió una jornada récord con 1,641 MW y permanecen siete unidades termoeléctricas fuera de servicio, ya sea por averías o por mantenimiento. 

En mayo pasado, autoridades de Santiago de Cuba anunciaron la venta de carbón a la población "como alternativa ante el déficit electro energético y la situación del combustible" en el país. El gobernador de la provincia, Manuel Falcón Hernández, explicó en una reunión con diputados locales que se tomaron medidas para iniciar la comercialización, una de las decisiones gubernamentales para intentar aplacar el descontento en medio de jornadas de hasta 20 horas en apagón. Debido a ello, ha vuelto a resurgir el negocio de las hornillas de carbón, para facilitar la cocción de los alimentos que antes se elaboraban con electricidad.

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