El béisbol cubano está de luto tras la muerte de Pedro Medina Ayón, emblemático receptor de los Industriales y figura cumbre de la pelota nacional.

Medina, quien falleció el 21 de julio a los 72 años tras complicaciones médicas, había sido intervenido por una oclusión intestinal y luego sufrió una trombosis mesentérica que resultó fatal .

Nacido en Guanabacoa el 19 de diciembre de 1952, Medina se convirtió en el corazón de los Industriales y otros equipos capitalinos durante 17 Series Nacionales. Apodado “El Héroe de Edmonton”, su momento más icónico fue el jonrón como emergente en la Copa Intercontinental de 1981, que empató el juego dejando una marca imborrable en el público cubano.

El fallecimiento fue confirmado por Prensa Latina, que destacó su trayectoria como jugador y entrenador, así como su legado como “sabio del diamante” .

A través de las redes sociales, figuras emblemáticas del béisbol cubano compartieron emotivos mensajes.

El exreceptor Ariel Pestano, quien coincidió con Medina en época de glorias para los Industriales, lo describió como “un guía silencioso y alma inmensa al servicio de la camiseta”. Pestano recordó su liderazgo tanto dentro como fuera del terreno, y destacó su ejemplo para generaciones más jóvenes.

Por su parte, Frank Camilo Morejón, también exreceptor capitalino, que Medina había sido una referencia ética y técnica. Morejón aún mantiene vivas sus enseñanzas, no solo en el bateo y la defensa, sino en los valores que ejemplificó desde su retiro .

El velatorio se realizó en su ciudad natal y estuvo acompañado por excompañeros, entrenadores y aficionados que rindieron tributo a su vida y obra.

El legado de Pedro Medina trasciende sus cifras en el terreno: 221 jonrones, .295 de promedio con Industriales, y una amplia trayectoria como entrenador nacional e internacional .

Mientras el béisbol lamenta la partida de uno de sus más grandes, los testimonios de Pestano y Morejón reafirman el profundo respeto y admiración que su figura sigue despertando. Su historia, resumida en gloria deportiva y servicio humilde, continuará inspirando a las nuevas generaciones de peloteros cubanos.

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