Peligra la cosecha de café en Granma tras el paso del huracán Melissa
Redacción de CubitaNOW ~ martes 4 de noviembre de 2025
Los caficultores del municipio de Buey Arriba, en la provincia de Granma, enfrentan una situación crítica tras el paso del huracán Melissa, que ha puesto en peligro la cosecha de café en una de las zonas más productivas del oriente cubano.
Aunque la estructura industrial del sector no sufrió daños mayores, las despulpadoras —equipos esenciales para el proceso de beneficiado del grano— resultaron gravemente afectadas, lo que compromete la continuidad del trabajo.
Según informó la empresa estatal BioCubaCafé en sus redes sociales, los trabajadores de la Unidad Empresarial de Base (UEB) “Ricardo Medina Reyes” han trabajado sin descanso para recoger los granos que el ciclón no arrasó, intentando salvar al menos parte de la producción.
El principal obstáculo radica en la destrucción de los caminos de acceso, que ha dejado aisladas varias comunidades cafetaleras. Zonas como Platanito, San Antonio y Vega Grande, situadas en las montañas de Buey Arriba, son actualmente casi inaccesibles para los equipos de rescate y transporte.
Ante esta situación, las autoridades locales han decidido priorizar las comunidades con mejor acceso, como La Estrella, Yao y San Rafael, a fin de trasladar allí los recursos y equipos necesarios para evitar que el café se pierda. En lugares como San Antonio, se han habilitado puntos de recolección alternativos para facilitar la recuperación del grano.
“La estrategia ahora es llegar primero a las zonas accesibles y rescatar la mayor cantidad posible de café antes de que se dañe”, señala la publicación de BioCubaCafé.
El panorama es de emergencia: mientras algunos equipos trabajan en la recolección, otros se concentran en reparar los daños materiales que dejó el huracán. La situación obliga a una carrera contrarreloj para salvar una cosecha que podría representar un duro golpe económico si se pierde.
El caso de Buey Arriba refleja la fragilidad estructural del sector cafetero cubano, golpeado por décadas de baja productividad y falta de inversión. En 2023, Cuba produjo entre 9,000 y 11,000 toneladas de café, muy por debajo de la demanda interna, estimada en 24,000 toneladas anuales. Para cubrir el déficit, el país debe importar alrededor de 8,000 toneladas cada año, lo que evidencia la dependencia externa y las limitaciones del sistema estatal.
El café cubano, símbolo histórico de la identidad nacional desde su introducción en 1748, ha sufrido una caída drástica en su producción desde la nacionalización de la industria tras la Revolución.
En 2018, la Fundación Lavazza, de Italia, lanzó un programa de desarrollo sostenible junto a productores de Santiago de Cuba y Granma, con el objetivo de fomentar una cadena de producción orgánica y elevar los rendimientos.
Actualmente, 170 agricultores cultivan los granos que integran la mezcla La Reserva de ¡Tierra! Cuba, compuesta por 65% Arábica Turquino Especial lavado, 25% Robusta lavado y 10% Robusta fermentado. Según la empresa italiana, esta combinación produce un café “más dulce y elegante”.
Pero tras el paso del huracán Melissa, el futuro inmediato del café cubano vuelve a estar en riesgo. Entre los caminos destruidos, los equipos dañados y la falta de recursos, Granma se enfrenta al desafío de salvar lo poco que queda de una tradición que fue, durante siglos, orgullo nacional.