Una situación tan insólita como inquietante sacudió esta semana a la provincia de Camagüey, cuando un hombre sin formación médica logró infiltrarse en el Hospital Materno Provincial y realizar tactos vaginales a mujeres embarazadas antes de escapar.

El individuo, vestido con una bata blanca y aparentando ser médico, deambuló libremente por los pasillos del hospital “como Pedro por su casa”, según relató el periodista José Luis Tan Estrada, quien denunció el caso en sus redes sociales.

El impostor inició su recorrido en la Sala E y luego pasó a la Sala A, donde varias pacientes comenzaron a notar su comportamiento nervioso y a sospechar de su identidad. Aun así, el hombre logró marcharse sin ser confrontado, y fue detenido horas más tarde al intentar ingresar, nuevamente disfrazado de doctor, al Hospital Oncológico de Camagüey.

Una enfermera explicó al reportero que nadie sospechó nada porque “aquí siempre cambian al personal”, por lo que todos asumieron que se trataba de un nuevo médico en turno. Otro trabajador fue más tajante: “La seguridad en este hospital no existe”, admitió, describiendo una realidad que refleja la falta de control y desidia institucional que impera en muchos centros de salud del país.

Según Tan Estrada, varios empleados aseguran que no era la primera vez que el sujeto entraba sin autorización al hospital. En visitas anteriores habría sustraído teléfonos, ventiladores y otros equipos, pero en esta ocasión fue más lejos, abusando de la confianza de las pacientes.

El hecho, que ha causado indignación y alarma, revela el profundo deterioro del sistema hospitalario cubano, donde la escasez de recursos y la falta de supervisión han dejado a trabajadores y pacientes completamente desprotegidos.

“Esto demuestra la desprotección total de los pacientes y la falta de control en nuestras instituciones de salud”, concluyó Tan Estrada. En un país donde los hospitales ya simbolizan el abandono, la corrupción y la precariedad, ahora los cubanos también deben cuidarse de los impostores que se disfrazan de médicos para aprovecharse del caos.

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