La indignación crece en Guantánamo y en toda Cuba ante el deterioro del sistema ferroviario nacional, símbolo del descalabro del transporte público en la Isla. Este 25 de octubre, decenas de pasajeros quedaron varados durante más de 10 horas en la terminal de trenes de Guantánamo, ubicada en Pedro Pérez, junto a la plaza central.

Lo que debía ser un viaje rutinario se convirtió en una odisea marcada por el cansancio, la frustración y el abandono.

El tren debía salir a las 3:00 de la tarde del viernes, pero pasada la una de la madrugada seguía sin moverse. “Primero dijeron que no había corriente, después que no tenía agua… ni que esta chatarra fuera eléctrica o acuática”, expresó un pasajero molesto, mientras mostraba el andén lleno de personas acostadas en el suelo.

Entre los afectados había niños, ancianos y familias enteras que soportaron la noche sin comida, sin baños adecuados y sin información oficial.

La escena se repite a lo largo de toda Cuba. Los trenes, muchos de ellos con más de 40 años de explotación, circulan de manera irregular, con locomotoras obsoletas y sin mantenimiento. En provincias como Santiago, Camagüey o Villa Clara, los viajes se cancelan sin previo aviso o se demoran más de 12 horas. La falta de repuestos, la escasez de combustible y la desorganización agravan una crisis que ya parece estructural.

Las promesas de modernización hechas por las autoridades ferroviarias han quedado en el papel. Los trenes chinos adquiridos hace unos años están fuera de servicio por falta de piezas, y la infraestructura de vías y estaciones continúa deteriorándose. En muchas terminales, los pasajeros esperan durante días bajo el sol o la lluvia, sin que nadie les dé una respuesta.

El tren, que alguna vez fue orgullo del transporte cubano, hoy representa el colapso de un sistema incapaz de garantizar un servicio básico. Lo que ocurre en Guantánamo no es un hecho aislado, sino el reflejo de un país donde la gente sigue esperando —literal y simbólicamente— un tren que nunca llega.

Del perfil de Yosmany Mayeta

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