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La increíble odisea de un pescador peruano perdido en altamar por 95 días

Redacción de CubitaNOW ~ domingo 16 de marzo de 2025

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En una historia que ha conmovido a miles, Máximo Napa Castro, un pescador peruano de 61 años, ha sido hallado con vida tras pasar 95 días en altamar, enfrentándose a condiciones extremas que pusieron a prueba no solo su resistencia física, sino también su esperanza de supervivencia. Este relato, que comenzó el 7 de diciembre de 2024, cuando Napa Castro zarpó desde el puerto de San Juan de Marcona, en Ica, Perú, ha capturado la atención de la nación y del mundo entero, dejando en evidencia las precarias condiciones de seguridad de los pescadores artesanales en Perú.

El 7 de diciembre de 2024, Máximo Napa Castro partió como lo hacía habitualmente en su embarcación artesanal, la “Gatón 2”, con destino al mar de la costa peruana para pescar huevera. Sin embargo, diez días después, el contacto con él se cortó, y a partir de ese momento comenzó una angustiosa espera para su familia. La última señal de su ubicación lo ubicaba a 40 millas de la Isla Santa Rosa, en Pisco, Perú. A partir de ahí, la búsqueda por parte de pescadores, autoridades marítimas y la comunidad en general comenzó, pero los días pasaban sin resultados.

A pesar de los esfuerzos por encontrarlo, la incertidumbre se apoderó de la familia, que temía lo peor. La angustia se multiplicaba con cada día sin noticias, y la falta de avances en la búsqueda solo alimentaba el dolor de quienes lo esperaban. Durante este tiempo, su hijo Eder Napa Torres no dejó de hacer sonar la alarma, utilizando las redes sociales para difundir el caso y solicitando el apoyo de la comunidad marítima.

El 14 de marzo de 2025, el pescador fue finalmente encontrado con vida por un barco pesquero ecuatoriano a 388 millas de las costas de Ecuador, frente al puerto de Chimbote. La noticia fue confirmada por la Marina de Guerra del Perú, que informó que Napa Castro se encontraba en un estado crítico debido a la desnutrición y deshidratación, tras haber pasado 15 días sin agua potable. La embarcación ecuatoriana que lo encontró lo auxilió y proporcionó los primeros cuidados mientras se gestionaba su traslado.

La sorpresa y emoción fueron incontenibles cuando su familia se enteró de la noticia. Su sobrina, Sheyla Torres, fue la encargada de confirmar el hallazgo, pidiendo apoyo a las autoridades peruanas para gestionar el regreso de Máximo a su país. El reencuentro virtual con su familia fue un momento de alivio. "Gracias a Dios que estás con nosotros", expresó su madre entre lágrimas, al ver a su hijo nuevamente.

Durante su tiempo perdido en el mar, Napa Castro tuvo que recurrir a medios extremos para sobrevivir. En sus declaraciones, relató cómo llegó a alimentarse de insectos y hasta de pájaros para mantenerse con vida. "No quería morir. He llegado a comer cucarachas, pájaros, lo último fue una tortuga. Pensaba en mi madre y en mi nieta de dos meses, eso me mantenía con fuerzas", dijo con la voz quebrada al ser entrevistado.

El pescador contó cómo su esperanza de regresar a casa, especialmente por su madre y su hija, fue lo que lo impulsó a resistir las dificultades. "Todos los días pensaba en ellos. Mi vida era lo que más quería preservar", expresó Napa, quien a pesar de su condición física debilitada, nunca perdió la fe de regresar a su familia.

El caso de Máximo Napa ha puesto de relieve los riesgos y las condiciones precarias a las que se enfrentan los pescadores artesanales en Perú. El hecho de que su embarcación no tuviera una radiobaliza, un dispositivo esencial para la localización de embarcaciones en altamar, dificultó su rescate. Según el comandante de la primera base naval en Paita, Jorge Calizaya, la falta de esta herramienta complicó aún más la búsqueda, subrayando la necesidad urgente de implementar medidas de seguridad más estrictas para los pescadores.

El relato de Napa ha tocado el corazón de muchos, y su caso ha generado una ola de solidaridad en la comunidad pesquera. Pescadores de distintas zonas del país se unieron a los esfuerzos de búsqueda, compartiendo información y coordinando esfuerzos para encontrarlo. Sin embargo, las difíciles condiciones climáticas de diciembre y enero complicaron aún más la situación, ralentizando el proceso de localización.

Tras ser encontrado, Máximo Napa fue trasladado a Paita, en Piura, donde fue recibido por su hermano, con quien se fundió en un emotivo abrazo. "Gracias Dios mío por darme esta oportunidad", expresó Napa al llegar al puerto. Tras su arribo, fue trasladado al hospital Nuestra Señora de las Mercedes de Paita, donde recibió atención médica de urgencia.

A pesar de su grave estado, los médicos informaron que Napa Castro se encontraba estable, pero se recomendó su traslado a Lima para recibir atención especializada. La familia ha agradecido a las autoridades ecuatorianas por su valiosa intervención y a los pescadores que participaron en su rescate.

Hoy, tras más de tres meses de angustia, Napa Castro está de regreso en su tierra, rodeado del cariño de su familia, con la esperanza de que su experiencia sirva para mejorar la vida de quienes, como él, desafían las aguas del Pacífico en busca de su sustento.



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