Un episodio impactante de violencia familiar conmociona a la ciudad de Palm Bay, en el condado de Brevard, Florida. William Nowak, un hombre de 84 años, fue arrestado tras presuntamente dispararle a su propio hijo durante una discusión sobre la frecuencia con la que visitaba a su madre, quien se encuentra en estado terminal bajo cuidados paliativos. La escena ha generado alarma por la edad del agresor y la intensidad emocional del conflicto.

Según reportes policiales, el altercado comenzó como una discusión verbal en la residencia de Nowak, donde también se encontraba la esposa del hijo. La tensión escaló rápidamente cuando el padre expresó su enojo por lo que consideraba una falta de apoyo y visitas hacia su esposa enferma. Testigos aseguran que Nowak exigió que su hijo abandonara la vivienda y lo amenazó con dispararle si no lo hacía. Poco después, el hombre regresó con un arma de fuego y, a pesar de los intentos de mediación de la esposa del hijo, efectuó un disparo que impactó el rostro y la mandíbula de la víctima.

Tras el ataque, Nowak mostró un comportamiento errático: confusión, llanto y frases de desconcierto, como «¿Qué acaba de pasar?». Las autoridades encontraron rastros de sangre y un casquillo de bala dentro del hogar. El adulto mayor fue trasladado primero a un hospital debido a una crisis de presión arterial y posteriormente ingresado en la cárcel del condado de Brevard, acusado de intento de asesinato, delito grave en Florida. Su primera audiencia está prevista para enero de 2026.

Este caso refleja un problema persistente: la violencia doméstica en Florida, donde cada año se reportan más de 100.000 incidentes que incluyen agresiones físicas, amenazas y abuso psicológico. Los expertos señalan que la presencia de armas en conflictos familiares eleva significativamente el riesgo de tragedias, y que los adultos mayores no están exentos de protagonizar episodios violentos cuando confluyen estrés extremo, enfermedades graves y agotamiento emocional.

Especialistas en salud mental advierten que cuidar a un familiar en etapa terminal genera altos niveles de tensión y frustración. La falta de canales adecuados para gestionar estas emociones puede transformar conflictos cotidianos en situaciones de riesgo. Este episodio subraya la urgencia de reforzar la prevención, el apoyo psicológico a cuidadores y adultos mayores, y medidas de seguridad sobre armas en el hogar, para evitar que disputas familiares desemboquen en tragedias irreversibles.

Fuentes: El Tiempo, La Opinión y Cuba en Miami

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