Creado en la década de los 70, el parque Lenin fue un lugar preferido para la población habanera que encontraba en sus muy diversas áreas, zonas de esparcimiento para niños, jóvenes y adultos: parque infantil, funciones en su anfiteatro, monta de caballos, lugares para realizar una acampada familiar quedan en el recuerdo de varias generaciones de cubanos, sepultados por una maleza impenetrable.

El Parque Lenin, una de las áreas recreativas más emblemáticas de La Habana, se encuentra en un estado de abandono alarmante con espacios consumidos por la maleza e instalaciones vandalizadas que hoy sirven de vivienda improvisada a personas que carecen de vivienda. Este parque natural, que abarca 472 hectáreas y fue inaugurado en 1972, ha sido víctima de vandalismo y la desidia gubernamental, a pesar de que los niños cubanos cuentan con pocas opciones de recreación y esparcimiento.

Imágenes recientes publicadas por el canal de Youtube JSant TV muestran las atracciones del parque en ruinas, rodeadas alta vegetación y escombros, con la famosa estrella, que alguna vez fue la más grande de la Isla, con vidrios rotos y siendo colonizada por la naturaleza.

También está totalmente en ruinas la montaña rusa y la zona de conciertos. La tarima y sus camerinos se encuentran destruidos.La situación ha empeorado al punto en que el parque se utiliza como un espacio inapropiado para que deambulantes hagan sus necesidades y vivan personas sin techo, lo que agrava aún más su deterioro.

En sus años dorados, el Parque Lenin era considerado el corazón verde de la capital, un símbolo de la felicidad infantil en las décadas de los 70 y 80. Hoy, es apenas un recordatorio doloroso del abandono institucional.Originalmente, esta área fue concebida como un oasis de diversión y cultura, con miles de árboles, restaurantes, cafeterías y diversas atracciones como paseos en pony y montañas rusas.

Sin embargo, desde su reapertura en 2022, con apenas unas pocas atracciones operativas, la situación ha empeorado drásticamente, con la mayoría de ellas cerradas en menos de un año. Este deterioro refleja la crisis económica que atraviesa Cuba, agravada por la escasez de combustible y los constantes apagones, lo que impide mantener espacios de esparcimiento adecuados y seguros para la infancia. El pasado año una madre que llegó al parque con sus hijos un domingo lo encontró cerrado y dijo que en Cuba ya no habían opciones para divertirse.

La incapacidad del gobierno cubano para conservar un legado cultural como el Parque Lenin indica que no está entre sus prioridades el rescate de estos espacios que ponían a los más jóvenes a dialogar con la naturaleza.

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