Otro feminicidio estremece La Habana: el trágico final de Elena, de 58 años
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 16 de agosto de 2025

La violencia de género en Cuba cobró una nueva víctima Elena una mujer de 58 años y madre de tres hijos (de 25, 19 y 15 años), fue asesinada por su expareja en el Reparto Las Cañas, La Habana.
La noticia fue confirmada y difundida a través del perfil de Facebook Nio Reportando un Crimen, en medio de un panorama de feminicidios que crece sin freno y que el oficialismo intenta silenciar.
De acuerdo con familiares cercanos al caso, Elena mantenía desde hacía poco más de un año una relación con Rádame, un hombre de más de 60 años.
Aunque no vivían juntos, solían verse los fines de semana.
Sin embargo, Elena ya había expresado a su hermana que quería terminar la relación de manera pacífica.
Lo que parecía una decisión firme se convirtió en el desencadenante de la tragedia.
El lunes, alrededor de las dos de la tarde, la víctima fue hasta la vivienda de su expareja para recoger algunas pertenencias que aún tenía allí.
Le pidió a sus familiares que no la acompañaran, para no exponerlos a una posible confrontación.
Pero nunca regresó.

Al día siguiente, su familia acudió a la casa de Rádame, quien negó haber visto a Elena.
Posteriormente intentaron denunciar la desaparición en la estación policial, pero los agentes les respondieron que debían esperar tres días para iniciar la búsqueda.
Fue recién el jueves cuando un vecino del barrio alertó a los familiares de que habían encontrado el cuerpo de Elena en un descampado, oculto dentro de varios sacos.
El cadáver estaba mutilado, descompuesto y presentaba heridas de machete.
La escena revelaba una violencia extrema y un crimen planificado para ocultar el cuerpo.
El agresor, Rádame, decidió quitarse la vida colgándose dos días después del asesinato, evadiendo así cualquier proceso de justicia.
Elena se suma a la lista de al menos 27 mujeres asesinadas en Cuba en lo que va de 2025, según reportes de plataformas independientes de observación feminista y organizaciones de derechos humanos.
El Estado, sin embargo, sigue negando la magnitud de esta tragedia, sin reconocer oficialmente la ola de feminicidios ni establecer políticas efectivas de prevención y protección para las mujeres en riesgo.
Cada caso como el de Elena no es solo una estadística: es una vida truncada, una familia devastada y un reflejo del silencio cómplice de las instituciones cubanas, que mantienen invisibles estas muertes mientras la violencia machista continúa creciendo.