Este jueves en la noche fue asesinada una mujer que residía en la Calle San Antonio, entre Barnada y San Agustín, en pleno centro de Santiago de Cuba.

Su nombre era Tamara Carreras, quien este noviembre cumpliría 58 años de edad, pero tristemente no sobrevivió al ataque. Su marido fue el victimario lo que constituye un nuevo feminicidio eneste tétrico año 2024 para las féminas cubanas.

Aún se desconoce el nombre del asesino, quien también resultó herido por jóvenes del barrio que trataron de socorrer a la mujer, que se encontraba en peligro.

"El hijo de ella se llama Ariel que era Seguridad del Bar Milleniun y esta fuera del país, cruzando hace unos días", dijo un vecino que prefirió mantener su identidad en anonimato, quien añadió que "el marido es bien tóxico y la tenía sofocada", información tomada del portal de Facebook del periodista independiente Yosmany Mayeta.

Las organizaciones feministas independientes "Yo Sí Te Creo" y "Alas Tensas" han registrado 36 feminicidios en Cuba, en lo que va del año.

Una de las ultimas víctimas fue Saimy Hernández que, según las plataformas, tenía alrededor de 40 años. Murió el 13 de agosto en Mayabeque y el presunto agresor es su pareja. La joven dejó dos hijos.

Ambos colectivos feministas han lamentado también el asesinato de Linda Nay Flores Vargas (34 años), presuntamente agredida por su pareja el 11 de julio “en un lugar por precisar, pues su cuerpo fue descubierto en un vertedero de La Habana”. Linda también tenía dos hijos.

“Resaltamos la situación de desaparición y extrema violencia ejercida contra su cuerpo, además de la deposición de su cuerpo en un basurero como muestras de la violencia feminicida en el país”, han denunciado las activistas. También han indicado que tienen conocimiento sobre otros tres intentos de feminicidio, mientras requieren de acceso a la investigación policial para seis posibles casos más.

Lamentablemente muy poco hacen las autoridades al respecto, sobre todo en la labor de prevención, pues se han multiplicado los casos en que las mujeres denuncian a sus posibles agresores, y la policía se cruza de brazos sin hacer muchas veces, ni llamados de atención.

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