El régimen cubano han intensificado los operativos policiales dirigidos a vendedores ambulantes en la Autopista Nacional, a pesar de la crítica escasez de alimentos que afecta al país.

Estos operativos se han centrado en la persecución y sanción de aquellos que intentan vender alimentos y bebidas a los conductores que transitan por la autopista.

Suney San Roman, periodista independiente de Jagüey Grande, en Matanzas, documentó esta situación y compartió imágenes en las que se observan oficiales de policía desplegados en la Autopista Nacional.

Según sus informes, algunos residentes locales buscan sobrevivir mediante la venta de productos como pan, refrescos y comidas rápidas en el kilómetro 142 de esta importante vía, pero la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) los persigue y les impone multas que pueden llegar hasta los 4 mil pesos, además de confiscar sus mercancías.

Este accionar policial ha generado indignación entre la comunidad, que cuestiona por qué los agentes se enfocan en perseguir y sancionar a personas que tratan de enfrentar la difícil situación económica en lugar de dedicarse a combatir a delincuentes que cometen robos, asaltos y asesinatos.

Los internautas expresaron su frustración en las redes sociales, instando a la policía a redirigir sus esfuerzos hacia la lucha contra la delincuencia real que afecta a la población.

"No es fácil con estos tipos HP de policías, no hacen más que joder la vida a las personas sabiendo cómo está el país de faltante de comida, trabajo, de todo. ¿Por qué mejor no se ponen a atrapar delincuentes grandes, como los que les matan las vacas a los pobres campesinos, como los que roban al particular?"., comentó un usuario.

Otro señaló que la policía debería centrarse en vigilar los robos y la delincuencia que afecta a la comunidad en lugar de interferir con aquellos que luchan por sobrevivir.

La semana pasada, en La Habana Vieja, las autoridades impusieron multas a un carretillero por vender productos de baja calidad, lo que refleja la continua presión del gobierno contra las actividades que considera que "laceran la sensibilidad de los clientes".

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