Nueve meses de silencio; la ausencia de Doraiky sigue doliendo
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 17 de diciembre de 2025
Han pasado nueve meses desde que Doraiky salió de su casa en medio de un apagón general y, desde entonces, su ausencia se ha convertido en una herida abierta para su familia y para todos los que han seguido este caso con el corazón en la mano. No fue una despedida, no hubo señales, no existió un rastro claro. Simplemente, Doraiky desapareció.
Madre de dos hijos adolescentes, hija amada y esposa reencontrada con el amor en una etapa madura de la vida, Doraiky no era una desconocida para quienes la rodeaban. Era una mujer preparada, querida y reconocida en su entorno. Por eso, su desaparición resulta aún más incomprensible.
Nadie es invisible, y menos en un barrio donde las personas se conocen, se saludan y se reconocen. Alguien tuvo que verla, alguien tuvo que notar algo fuera de lo normal.
La familia vive atrapada en una incertidumbre cruel. Sus hijos cargan con la ausencia diaria de una madre que debería estar guiándolos, acompañándolos y protegiéndolos. Su madre enfrenta uno de los dolores más profundos que puede existir: no saber dónde está su hija ni qué destino ha corrido. Su esposo, compañero de vida y de sueños tardíos, sigue esperando un reencuentro que le devuelva la paz.

Las preguntas se acumulan sin respuestas claras. ¿Cómo pudo salir sola una persona con problemas de salud mental sin que nadie lo notara? ¿Cómo es posible que, después de tanto tiempo, no exista una señal concreta de su paradero? El silencio duele tanto como la ausencia, y la falta de certezas desgasta el alma.
A medida que se acerca el fin de año, el dolor se mezcla con la esperanza. Estas fechas, cargadas de simbolismo, despiertan el deseo de un milagro. No se trata solo de volver a verla, sino de obtener una respuesta, una señal, algo que permita a esta familia dejar de vivir en la angustia permanente.
Doraiky no es solo un nombre en una publicación. Es una madre, una hija, una esposa. Es una vida que importa. Y mientras no exista una verdad, la esperanza seguirá encendida, porque una familia merece volver a encontrarse y porque el amor, incluso en la incertidumbre, se niega a rendirse.
Fuentes: Duniesky Rodríguez Vargas