Tras una denuncia en redes sociales sobre irregularidades en la venta de productos en la unidad comercial Cibeles, perteneciente a la Sucursal Habana Este de la Corporación CIMEX, en el municipio Plaza de la Revolución, se creó una comisión de investigación para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades.

El control reveló que el producto hígado de pollo fue vendido en grandes cantidades a un mismo cliente y a los propios empleados, mientras que el cigarro popular fue comercializado entre los trabajadores por orden del administrador, violando los procedimientos internos y afectando la disponibilidad de estos productos para la población.

Ante estas irregularidades, la Dirección de Inspección del municipio Plaza de la Revolución ratificó la veracidad de la denuncia y la Corporación CIMEX aplicó sanciones disciplinarias. Como resultado, el administrador, una cajera-dependiente y otro dependiente fueron separados definitivamente de la entidad.

CIMEX insiste en que continuará reforzando los controles para minimizar la corrupción y las ilegalidades, e insta a la ciudadanía a denunciar estos hechos a través de sus canales oficiales.

Sin embargo, estas medidas solo afectan a trabajadores de menor rango, mientras que los altos dirigentes y funcionarios de la corporación continúan operando con total impunidad. La corrupción no es exclusiva de empleados de base; en los niveles superiores, donde se toman las decisiones más importantes, los desvíos de recursos y el tráfico de influencias son mucho más graves, sin que existan verdaderas acciones para frenarlos. La falta de transparencia y la impunidad en estas esferas perpetúan un sistema de corrupción estructural que afecta a toda la sociedad.

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