El Hotel Meliá Internacional de Varadero volvió a convertirse en el centro del boxeo profesional en Cuba, con una cartelera de nueve combates marcada por energía, emoción y la creciente presencia de talentos cubanos. Siete púgiles de la isla subieron al ring en una noche donde cada golpe parecía escribir una historia distinta.

La figura principal, Erislandy Álvarez, actual campeón olímpico de París, llegó al cuadrilátero con la presión de seguir demostrando que su transición al profesionalismo no es casualidad. Esta vez encontró una resistencia mucho mayor en el mexicano Rogelio Jiménez, quien lo obligó a pelear por primera vez los 10 asaltos completos. Aun así, el cubano mostró control, disciplina y una madurez creciente, llevándose la victoria por decisión unánime 3-0 y asegurando la Faja Continental Latinoamericana.

Minstras tanto el debutante Alejandro Claro impresionó con un estilo seguro para vencer por decisión unánime al argentino Mauro Liendro. Acto seguido, Keylor García incendió el recinto con un nocaut demoledor en 1:18 del primer round sobre el colombiano Armando Fontalvo, uno de los momentos más explosivos de la velada.

Por su parte Nelson Williams, exhibió orden táctico y precisión para superar al dominicano Jankelly Paulino en su estreno profesional.

Así mismo, Yusnier Sorsano, enfrentaba al experimentado argentino Nicolás Verón, un rival acostumbrado a largas batallas. Sorsano no esperó a que el pleito se alargara: conectó con fuerza y claridad hasta provocar un nocaut en el tercer asalto, llevándose el cinturón Federlatin y encendiendo al público.

La velada cerró con la sensación de que el boxeo profesional cubano no es una apuesta futura: es un presente que avanza golpe a golpe y que ya reclama un espacio en la región.

Recomendado para ti