Cuba es un hervidero por estos días, entre las escasez y las desacertadas medidas del gobierno por salir de la ruina, se levanta otro nuevo ámbito de lucha, los cubanos ya no tienen el miedo de antes para demostrar que piensan diferente.

La víspera otro profesional de la isla intentó llegar hasta la casa de San Isidro, donde una decenas de jóvenes cubanos se encuentran atrincherados desafiando al Estado con una huelga de hambre y aunque se le impidió el ingreso, no tuvo temor de expresar su posición.

“…a las 4 y 20 de la tarde, intenté llegar a la sede del Movimiento San Isidro con mi amigo Victor Garcés. Y no pudimos. Tres hombres vestidos de civil nos cortaron el paso en la esquina de esa misma cuadra”, cuenta el dramaturgo Yunior García Aguilera.

“¿Por qué fui a San Isidro? ¿Por qué intenté llegar a su sede en la calle Damas? No por demostrar coraje, hay un millón de formas de ser más valiente. Simplemente fui porque no puedo dormir tranquilo desde que sé que esos jóvenes están en huelga de hambre y sed. Porque no puedo postear cómodamente desde mi teléfono sin intentar llegar hasta allí físicamente y ver con mis ojos lo que pasa”, alegó el cubano en su publicación, a la vez que afirmó que no soporta más que “pensar distinto sea un crimen en mi país, con la complicidad de las mayorías silenciosas e indiferentes”.

La víspera, también se le impidió la entrada a Timothy Zuñiga Brown encargado de negocios de la Embajada norteamericana en La Habana, Estados Unidos denunció el hecho.

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