“No nos quedó cama”: el drama olvidado tras el huracán Melissa en Río Cauto
Redacción de CubitaNOW ~ jueves 13 de noviembre de 2025
“Mi abuelita tiene que dormir en el piso porque no nos quedó cama”. Así comienza la desgarradora denuncia de Camila González, vecina del poblado El Uno de Santa Rosa, en el municipio de Río Cauto, Granma, una de las zonas más golpeadas por las inundaciones que dejó el huracán Melissa.
Camila cuenta que nadie del gobierno local ha ido a verlos, que las ayudas y donaciones han pasado de largo y que mientras en otros lugares se reparten recursos, en su comunidad “se han olvidado que existimos”.
Las imágenes y testimonios compartidos por Alberto Arego en Facebook muestran una escena que estremece: una anciana durmiendo en el suelo, sin colchón, sin techo firme, sin amparo.
Decenas de cubanos reaccionaron con impotencia y dolor.
“Es terrible ver un ser humano con esa edad pasando por esta miseria”, escribió Dalin Torres González.
“Si estuviera más cerca de Bayamo le donaría una camita con colchón, sábana y almohada”, comentó María Guevara, mientras otros como Elizabet Iglesias, desde Pinar del Río, lamentaban la distancia que les impide ayudar.
El grupo Solidaridad en Bayamo respondió rápido: “Que la nieta me contacte para llevarle ayuda y donaciones”, escribió Lisbet Hernández, un gesto que muchos aplaudieron ante el abandono institucional.
Otros denunciaron la desigual distribución de recursos: “Arroz con bichos, aceite en pequeña cantidad, chícharos y un jabón por persona. ¿Y las donaciones?”, se preguntó Magaly Álvarez Martín.
El enojo crece, junto al sentimiento de desamparo: “Parece que en el municipio no hay gobierno”, escribió Marisol Herrera, mientras Palacios Deysi resumió el sentir general: “Cuba se está muriendo, ¡hasta cuándo, Dios mío!”
Entre la tristeza y la rabia, también hay esperanza. Decenas de cubanos de diferentes provincias se han movilizado para recolectar colchones, ropa y alimentos. La solidaridad —una vez más— suple lo que el Estado no hace.
El caso de esta abuelita de Río Cauto no es solo una historia más: es el reflejo de miles que duermen sobre el suelo del olvido.
Porque mientras el pueblo sufre, el gobierno calla. Y son los propios cubanos los que, con su fe y sus manos, intentan reconstruir lo que el huracán y la indiferencia destruyeron.