La Consulta de Estomatología Infantil del Policlínico "Julián Grimau García" en Arroyo Naranjo, La Habana, muestra una realidad alarmante: sillones deteriorados, suciedad, abandono y, lo más grave, falta de insumos básicos como anestesia, materiales para empastar y agujas. Lo que debería ser un espacio seguro y funcional para el cuidado dental de los niños se ha convertido en un riesgo para su salud.

Este panorama no es exclusivo de Arroyo Naranjo. Consultas similares en el Cerro, La Habana, y en provincias como Matanzas, Villa Clara y Santiago de Cuba presentan problemas equivalentes.

Además del deterioro del mobiliario y la limpieza deficiente, la escasez de insumos esenciales obliga a los profesionales a improvisar, mientras los niños reciben atención incompleta o deben esperar meses para tratamientos básicos.

Hace años, las escuelas y consultorios infantiles contaban con sillones adaptados para niños y materiales suficientes para empastes, anestesia y procedimientos rutinarios. Hoy, esas herramientas han desaparecido y los profesionales se enfrentan a la frustración de no poder brindar una atención adecuada, pese a su esfuerzo y vocación.

Los niños llegan a consultas con dolor y miedo y se encuentran con espacios en mal estado y la imposibilidad de recibir tratamientos completos.

El abandono se evidencia en cada detalle: sillones rotos, paredes descascaradas, instrumental oxidado y un nivel de suciedad que convierte la atención en un riesgo sanitario. La falta de anestesia significa que procedimientos dolorosos se realizan con incomodidad y trauma para los pequeños; la ausencia de agujas y materiales para empastar deja caries sin tratar, provocando complicaciones futuras y generando desconfianza hacia la atención odontológica.

Mientras los niños esperan años para un empaste o un procedimiento sencillo, el deterioro físico y la falta de recursos básicos ponen en juego su salud dental y su bienestar general.

Es urgente que las autoridades prioricen la reparación, limpieza y dotación completa de las consultas pediátricas. Los niños merecen sillones funcionales, anestesia, agujas y materiales para empastes.

La salud dental de toda una generación está en riesgo si se mantiene este abandono.

Del perfil de Saúl Manuel

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