Tiene apenas 17 años. Su nombre es Jonathan Torres Farrat y el 11 de julio de 2021, cuando miles de cubanos salieron a las calles a manifestar su descontento con el régimen, él también salió.

Justamente ese día estaba de cumpleaños, asegura su familia al portal independiente Cubanet Noticias, al tiempo que añaden que él estaba celebrando junto a ellos en un edificio en la Calzada de Diez de Octubre, en La Habana.

Él salió a buscar a su padrastro que fue a buscar unas bebidas y lo encontró a cuatro cuadras de la casa, en la calle Serafín, ambos esperaron en un portal antes de regresar a la casa.

“El viernes 13 de agosto, un mes después de las protestas públicas, dos oficiales de la Policía Técnica de Investigación (PTI) llegaron al edificio buscando a Bárbara. Jonathan regresaba en ese momento de su jornada, vendiendo pan, un trabajo que tiene desde hace unos meses cuando supo que su novia Daymi Morales estaba embarazada. Preguntó qué sucedía. Los oficiales, en realidad, venían por él”, relata el rotativo.

Y es que Jonathan se vio en uno de los videos filmados ese día.

“Primero se ve la masividad de piedras que viene de los policías hacia los cuatro infelices, porque no había ni 30 personas allá abajo”, explica Bárbara, su madre, que vio el material de manos del instructor Jorge Luis.

Jonathan se agacha, recoge una piedra, la lanza y dobla la esquina. Esa es la prueba que tienen en la estación de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de Acosta, en su contra para acusarlo de “desorden público”, “desacato a la autoridad” y “atentado”.

“Está destrozado”, dijo después de verlo en prisión una semana después. Él es asmático.

“Desde el 13 de agosto no ha tomado ni una. No lo han medicado en la estación de Acosta, ni en la de Aguilera, donde también estuvo detenido. Tampoco han dejado que Bárbara le entregue sus medicamentos, ni aun llevando el certificado médico que avala sus padecimientos”, denuncian.

Allí padeció una sarna que le cubre la espalda, por dormir sobre el colchón solo, sin sábanas. “Bárbara salió de ver a su hijo el viernes y corrió a contratar a un abogado, quien les negó presentar un recurso de Habeas Corpus”.

“Él parece que tiene miedo -dice la madre-, porque al final todos trabajan para este país”.

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