En medio de la crisis energética que azota a Cuba, México se ha convertido en un pilar clave para el gobierno de Miguel Díaz-Canel al suministrarle grandes cantidades de petróleo y productos derivados. Según informes recientes, Petróleos Mexicanos (Pemex) casi duplicó los envíos de crudo a la isla durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, generando controversias sobre los términos y motivos detrás de estas exportaciones.

Desde julio de 2023, la subsidiaria Gasolinas Bienestar, propiedad total de Pemex, ha exportado un promedio de 31,300 barriles diarios de crudo y 2,900 barriles diarios de productos petroleros, alcanzando un valor total de 9.3 mil millones de pesos (aproximadamente 500 millones de dólares). Sin embargo, el reporte presentado ante la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) omite detalles cruciales: ¿está Cuba pagando por estos recursos?

Comparado con el período entre julio y diciembre de 2023, el envío de petróleo crudo a Cuba creció un 86%, mientras que las exportaciones de productos derivados disminuyeron un 12%. Este aumento coincide con una severa escasez de combustibles en la isla, que derivó en frecuentes apagones y afectó gravemente la calidad de vida de los cubanos.

La Universidad de Texas estima que los suministros mexicanos cubren una cuarta parte de las necesidades energéticas de Cuba, mientras que el resto proviene de Venezuela. Sin embargo, el colapso de la industria petrolera venezolana ha reducido significativamente el apoyo de este país, dejando a México como el principal salvavidas energético para la dictadura cubana.

La falta de claridad sobre si el gobierno cubano paga por estos envíos ha generado críticas. En octubre de 2023, la entonces canciller mexicana, Alicia Bárcena, reconoció públicamente que se buscaban mecanismos para cobrar el petróleo enviado, declaraciones que alimentaron la controversia. Además, expertos advierten que estas transacciones podrían exponer a Pemex a sanciones internacionales, especialmente si se determina que violan la Ley Helms-Burton de Estados Unidos, que penaliza a empresas que trafiquen con propiedades confiscadas por el régimen cubano.

Por otro lado, el uso de Gasolinas Bienestar en lugar de PMI, la subsidiaria tradicional de Pemex para el comercio internacional, ha levantado sospechas. Gonzalo Monroy, director de la consultora GMEC, considera que esta maniobra podría ser una estrategia para evitar sanciones de Estados Unidos, pero plantea dudas sobre la legalidad y transparencia de los acuerdos.

Analistas como Abril Moreno, de la consultora Perceptia 21, señalan que el incremento en los envíos responde más a intereses políticos que a necesidades comerciales. El apoyo energético a Cuba se ha convertido en un acto de solidaridad ideológica por parte del gobierno de López Obrador, que continúa con el actual gobierno de Claudia Sheinbaum y busca fortalecer lazos con el régimen cubano a pesar de las implicaciones económicas y diplomáticas.

Mientras tanto, la actual administración federal y la dirección de Pemex, encabezada por Víctor Rodríguez Padilla, no han emitido comentarios sobre la continuidad de estos envíos. En un contexto de creciente endeudamiento de Pemex y desafíos internos, las exportaciones a Cuba representan una decisión cuestionable tanto para la economía mexicana como para su imagen internacional.

Recomendado para ti