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El pan nuestro de cada día… desaparece: caos, escasez y anarquía en La Habana

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 18 de abril de 2025

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¡Qué panorama tan desolador! El pan, que históricamente ha sido símbolo de lo básico, de lo cotidiano en la mesa cubana, hoy se ha convertido casi en un lujo, y la prensa oficialista apenas parece estar despertando al caos que muchos viven hace rato.

El artículo de la veterana periodista Ana Maura Carbó es un raro ejemplo de crítica más afilada dentro de los medios controlados, aunque con ese tono sarcástico que intenta decir mucho sin decirlo del todo.

Lo más revelador es cómo describe ese "aerostático" comportamiento del precio del pan y la falta total de supervisión. Esa imagen del pan que desaparece como si fuera un globo al viento lo dice todo: ni siquiera lo poco que queda tiene rumbo claro.

Y si bien se denuncian los precios, el fondo del asunto es aún más grave: descontrol total, escasez crónica, producción deteriorada, falta de insumos y una cadena logística en colapso. El hecho de que se usen carretillas y carros eléctricos de ETECSA para repartir pan no solo es surrealista, sino que también deja claro que se están parchando huecos con lo que se tenga a mano.

También llama la atención cómo las medidas tomadas (como reducir el tamaño del pan de 80 a 60 gramos) no han hecho más que alimentar la frustración. Y aunque se “rebajó el precio”, lo que llegó a muchas manos fue un pan aún más pequeño que lo anunciado.

Lo que está pasando con el pan es un microcosmos del colapso mayor: falla del control estatal, falta de alternativas reales, mercado informal en auge, y un pueblo atrapado entre la necesidad y el desamparo.

Lo mejor es leer el artículo de la Carbó titulado “Hablamos de precios… ¿Y el pan?”, publicado el 12 de abril de 2025 en Tribuna de La Habana, en el cual se ofrece una crítica aguda sobre la situación del pan en La Habana, especialmente en el reparto Alamar.

Ana Maura denuncia la falta de control en los precios y la calidad del pan, señalando que los vendedores ambulantes ofrecen productos de tamaño reducido y sin estándares claros, justificando los aumentos de precio con el encarecimiento de la harina y otros insumos.

La autora también critica la ausencia de pizarras con precios visibles, lo que impide a los consumidores conocer el costo real del producto.Con un tono irónico, compara la situación con el engaño de Odiseo al cíclope Polifemo, sugiriendo que los responsables de regular el mercado permanecen invisibles o inactivos.

Carbó concluye reflexionando sobre la volatilidad de los precios del pan, que cambian constantemente sin justificación clara, y la falta de opciones para los consumidores, quienes se ven obligados a aceptar las condiciones impuestas por los vendedores.



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