En un sorpresivo episodio que llamó la atención de la prensa internacional, la Reina Mary de Dinamarca fue picada por una avispa durante un acto oficial que celebraba el inicio de la estancia veraniega de la familia real en Gråsten.

El inesperado incidente fue captado en video y difundido en redes sociales por el perfil de Vanitatis en Facebook.

Durante una sesión de fotos frente a la munición local, la reina, esposa del rey Frederik X, de 53 años, se llevó las manos a la pierna mientras mostraba una expresión de sorpresa.

Acto seguido, comenzó a rascarse ligeramente, gesto que alertó a su esposo y a dos de sus hijos, Isabella (18 años) y Vincent (14 años), presentes en el acto.

Él se acercó inmediatamente para atenderla y evaluar qué había ocurrido.

El medio danés JydskeVestkysten y luego sitios como People confirmaron que se trató de una picadura de avispa justo en el muslo de la Reina Mary, justo cuando saludaba al público en la plaza de Gråsten.

Aunque visiblemente incómoda, la reina esbozó una leve sonrisa y agitó el dobladillo de su falda antes de retirarse brevemente a un edificio cercano para recibir atención. Pocos minutos después regresó y continuó el paseo con normalidad.

Los niños reales reaccionaron con madurez: Isabella y Vincent siguieron saludando a los presentes, manteniendo la calma y continuando el encuentro sin interrupciones.

El rey Frederik siguió atendiendo al público con entereza, demostrando serenidad frente al público.

Forman parte de la familia real danesa, que en este momento se encuentra en su tradicional residencia de verano en el Palacio de Gråsten.

Esta edición de la estancia se espera esté acompañada de desfiles de la Guardia Real y diversas actividades comunitarias a lo largo de la pequeña región de Gråsten, en el sur de Dinamarca.

La presencia de Mary, que nació en Tasmania, Australia, resalta la tradición familiar danesa: ella y Frederik, con sus cuatro hijos —Christian, Isabella, Vincent y Josephine— protagonizan un periodo estival cargado de eventos oficiales y interacción pública.

Con este incidente, la familia demuestra que incluso momentos inesperados pueden ser afrontados con gracia y disciplina institucional.

La curiosa picadura ha dado pie a una escena de espontaneidad que contrasta con la solemnidad habitual, y a su vez reafirma el rol cercano y accesible que la monarquía danesa ha cultivado en sus apariciones públicas.

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