El mánager del equipo Cuba, Armando Johnson, habló este jueves sobre sus expectativas en cuanto al público en la ciudad de Miami, adonde llegaron los peloteros en un vuelo procedente de Japón para disputar su juego de semifinales del V Clásico Mundial de Béisbol.

Tras su arribo, el director ofreció algunas declaraciones al sitio Pelota Cubana respecto de lo que espera encontrar en una urbe que recoge la mayor cantidad de exiliados de la isla y que históricamente ha mantenido fuertes tensiones con el régimen comunista de La Habana.

“Espero lo que venga porque estamos preparados para todo”, dijo. “Nosotros vamos a darlo todo en el terreno para que ellos también disfruten”, agregó.  

A Johnson se le vio muy emocionado tras la victoria sobre Australia en Tokio, que les permitió a los antillanos avanzar a la siguiente etapa del torneo. “Bueno, imagínate que el clubhouse fue una locura, una bonita historia. Creo que esto ya es una historia”, expuso.

“Nosotros muy contentos ya viste cómo estaba emocionado. Después en el clubhouse fue inmenso, «bailadera», «gozadera», «gritadera». Muy bonito muy bonito. Estoy contento con los resultados hasta ahora y ahí seguimos por más”, agregó.

En la actual edición del Clásico, la conformación del equipo cubano no tiene precedentes, ya que por primera vez lo integran jugadores de Grandes Ligas y jugadores de Serie Nacional.

“Ya tú viste, se incorporaron el día tres y los dos primeros partidos fueron sufridos. Ahí les dije a ustedes aquella vez que los muchachos poco a poco se iban adentrando a lo que era el partido porque tienen la maestría para hacerlo. En el tercer juego se vieron mejor, en el cuarto mejor todavía y contra Australia no te cuento”, afirmó.

En Miami, el llamado Team Asere deberá enfrentar al ganador del choque entre Estados Unidos y Venezuela. De ganar el país norteamericano, el partido de semifinales tendría aún mayor connotación. Sobre a quién prefiere enfrentar, Johnson comentó con seguridad: “Cualquiera, el que me toque”.

Los peloteros viajaron en un vuelo chárter de Japón hasta el Aeropuerto Internacional de Miami, para jugar su siguiente partido definitorio el domingo en el estadio de la Pequeña Habana, la sede de los Marlins. Abordaron el vuelo poco después de vencer por mínima diferencia de 4x3 a Australia.

Cuba había dejado dudas sobre su permanencia en el torneo donde tuvo un comienzo agreste al sufrir par de derrotas frente a Países Bajos e Italia, respectivamente, mostrando deficiencias en su ofensiva, pero las mejoras en los juegos siguientes fueron evidentes y finalmente logró colarse entre los cuatro mejores del Clásico.

“Perdimos los primeros juegos, pero no fueron partidos en los que Cuba se vio supermal, la ofensiva no estuvo como debería, pero mientras el picheo esté bien, el equipo puede hacer el trabajo. Contra Australia vamos a salir a divertirnos, a tratar de llevarnos la victoria y seguir para la otra fase”, declaraba días antes del partido contra Australia Luis Robert Jr.

A los cubanos se les vio festejar alegremente en los vestuarios la victoria que los llevó a Miami al ritmo del tema “Están locos”, de Gente de Zona. “Esto es pa' los que dicen que a mí me queda poco, ustedes 'tán mal, ustedes 'tán locos”, coreaban.

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