En un polémico gesto que ha levantado numerosas cejas y sospechas, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de México, bajo la dirección de Manuel Bartlet, ha donado miles de piezas y equipos especializados al gobierno de Cuba, valorados en 12.8 millones de pesos mexicanos. Este acto, presentado bajo el disfraz de asistencia humanitaria, ha generado un amplio debate sobre las verdaderas intenciones detrás de esta generosidad, según lo publicado por la plataforma mexicana Latinus.

La primera entrega de estos materiales se realizó con el pretexto de ayudar a la isla tras el devastador paso del huracán “Ian” el 27 de septiembre de 2022. Este evento natural dejó a Cuba en una situación crítica, especialmente en el sector eléctrico. No obstante, a pesar de que el servicio eléctrico fue restituido en su mayoría pocos meses después, la CFE continuó enviando más equipos en dos nuevas entregas, bajo el argumento de que la emergencia persistía.

Estas donaciones no fueron simples gestos altruistas. Fueron gestionadas a través de Energoimport, una empresa estatal cubana propiedad del Ministerio de Energía y Minas. Este movimiento permitió a la CFE evadir las sanciones comerciales y financieras que Estados Unidos ha impuesto sobre Cuba, las cuales penalizan a las compañías que mantienen relaciones comerciales con el régimen de Díaz-Canel.

Este acto de "asistencia humanitaria" se ha visto como un intento de fortalecer las relaciones entre el gobierno mexicano y el cubano, al mismo tiempo que se desafían las sanciones estadounidenses. La transparencia y los motivos reales detrás de estas donaciones están en duda, especialmente cuando se considera el contexto político y económico en el que se desarrollaron.

El hecho de que estas entregas continuaran incluso después de la recuperación eléctrica de la isla plantea preguntas sobre la verdadera finalidad de este generoso regalo. ¿Se trata realmente de un apoyo desinteresado o estamos ante una maniobra política cuidadosamente calculada?

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