Milagro en Minnesota: niño de 9 años sobrevive tras ser atravesado por una flecha en la cabeza
Redacción de CubitaNOW ~ martes 15 de julio de 2025

Lo que ocurrió en marzo pasado en Alexandria, Minnesota, parece más un guion de película que un hecho real. Gus Deterding, un niño de apenas 9 años, sobrevivió a una herida cerebral provocada por una flecha que le atravesó la cabeza. Los médicos no dudan en calificar su recuperación como “milagrosa”.
El accidente sucedió cuando el menor ayudaba a su padre a preparar el camión familiar para una excursión de caza. Mientras transportaba un arco y una flecha —adecuados para su edad— junto a otros objetos, Gus resbaló en el hielo del camino de entrada de su casa y cayó de forma que la flecha se incrustó en su cabeza.
A pesar de la gravedad del incidente, Gus logró entrar por sus propios medios a la casa. Mostraba una pequeña herida en la cara, justo al lado de la nariz. Incluso se retiró la flecha él mismo. “Mamá, ¿me estoy muriendo?”, le preguntó asustado a su madre, Abby Deterding. En ese momento, nada hacía prever la magnitud del daño.
Fue trasladado de inmediato a un hospital local y posteriormente llevado en helicóptero al Children’s Minnesota Hospital en Minneapolis. Aunque inicialmente sus signos vitales eran estables, horas después comenzó a vomitar y los médicos decidieron realizarle una tomografía cerebral. El resultado dejó atónitos a los especialistas.
El escaneo reveló que la flecha había ingresado junto a la nariz y recorrido su cabeza hasta casi salir por la parte superior del cráneo. Lo más alarmante: estuvo a menos de dos centímetros de perforar la arteria carótida, lo que habría resultado fatal en cuestión de minutos. También rozó regiones cerebrales críticas responsables de funciones motoras y sensitivas.
“El objeto viajó por una trayectoria que, si se desviaba unos milímetros, le habría costado la vida”, explicó el doctor Ken Maslonka, jefe de cuidados intensivos pediátricos del hospital. Añadió que en 28 años de carrera nunca había visto un caso similar con un final feliz.
La recuperación de Gus ha sido sorprendente. A tres meses del accidente, volvió a jugar béisbol y hockey con sus hermanos. En su primer partido tras el incidente, conectó un doble en su primer turno al bate, demostrando que no sufrió secuelas neurológicas visibles.
Durante su recuperación, recibió decenas de cartas y mensajes de sus compañeros de escuela, y su familia ha expresado una profunda gratitud por el apoyo recibido y por contar con la vida de su hijo intacta.
Casos como el de Gus son extremadamente raros. Lesiones penetrantes en el cerebro suelen tener consecuencias irreversibles, y su supervivencia sin daños permanentes se considera una verdadera excepción médica. Los equipos médicos de Alexandria y Minneapolis siguieron de cerca el proceso de recuperación, y hoy celebran junto a la familia un desenlace que desafía toda lógica médica.