La visita del Jefe de Misión de los Estados Unidos, Mike Hammer, al Convento Santa Susana en Bejucal y a la iglesia de San Felipe ha dejado una huella profunda en quienes diariamente entregan su vida al servicio de los más necesitados en Cuba.

Esta iniciativa fue posible gracias al compromiso valiente y constante de la hermana Nadieska Almeida, figura clave de la Iglesia Católica cubana y al impulso incansable de la activista Lara Crofs, quien ha trabajado arduamente para dar visibilidad al sufrimiento de los sectores más vulnerables del país.

En el Convento Santa Susana, hogar para personas mayores en situación de abandono, y en la iglesia de San Felipe, donde cada día se sirve comida a niños y ancianos, se desarrolla una labor silenciosa y profundamente humana.

Allí, el amor se traduce en gestos concretos de servicio y consuelo, sosteniendo la dignidad de un pueblo que resiste ante la indiferencia institucional y la precariedad cotidiana. "Es en esos espacios sencillos, donde se cocina con humildad y se ora con firmeza, donde se encarna la verdadera esperanza", expresó Crofs durante la jornada.

La hermana Nadieska, junto a un grupo de religiosas y voluntarios, liderea con firmeza y ternura esta obra de fe y entrega. Su testimonio es una luz que guía a otros a mirar de frente el dolor ajeno, sin miedo ni excusas. "La solidaridad comienza por mirar a los ojos al que sufre", dijo con convicción al recibir la visita.

La presencia de Mike Hammer no fue solo simbólica. Fue un reconocimiento tangible al trabajo de quienes, día tras día, alimentan cuerpos y almas con lo poco que tienen. Su disposición a escuchar y su actitud respetuosa fueron valoradas por toda la comunidad.

Gracias a quienes hacen posible que la compasión y la justicia se abracen en medio de la crisis. Que este gesto inspire a más personas —dentro y fuera de Cuba— a actuar, a reconocer, y a comprometerse con la causa de los olvidados.

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