El llanto que no calla: clamor de una madre cubana ante la crueldad del régimen(video)
Redacción de CubitaNOW ~ jueves 17 de julio de 2025

“¡Ladrones, asesinos! ¡Devuélvanme a mi hijo!”. El grito de Haydée Galbán Casals no se apaga, arde como fuego en el corazón de Cuba. A sus 76 años, esta madre cubana levanta su voz contra un poder que ha hecho de su familia un blanco, una advertencia, una herida abierta.
Su hijo, Leonardo Cantillo Galbán, ha sido condenado a 10 años de cárcel bajo una acusación de proxenetismo que su familia denuncia como “fabricada”, como la tercera farsa judicial que les ha destruido la vida en los últimos 20 años.
“Me lo arrancaron, me lo pudren en una celda como si fuera un criminal, mientras los verdaderos delincuentes del poder viven como reyes”, clama Haydée. No puede ver a sus otros hijos, exiliados hace más de una década. Solo le quedaba Leonardo, su hijo en Baracoa, el último abrazo posible. Y ahora, ni eso.
Leonardo había salido de prisión bajo libertad condicional. Trabajaba en una carpintería, reconstruyendo no solo muebles, sino los pedazos de una existencia rota. Pero fue arrestado nuevamente. Sin explicación, sin derecho, sin defensa.
“Lo persiguen porque no nos hemos callado, porque seguimos de pie, porque nos negamos a doblar la frente”, dice su hermano Ricardo desde el exilio.
Ricardo, activista en el extranjero, recuerda que su familia ha sido atacada por el simple acto de resistir. La Seguridad del Estado en Baracoa, según él, no tolera que su hogar se haya transformado en un punto de encuentro, en un espacio de dignidad. “La cárcel de mi hermano es el precio de nuestra voz. Pero no van a callarnos. Nunca”.
En la Cuba de hoy, historias como la de Leonardo no son la excepción: son la norma. Cientos de presos políticos, causas manipuladas, madres que gritan en la oscuridad mientras los poderosos celebran impunidad.
“¿Por qué a Sandro Castro no lo tocan y a mi hijo sí lo entierran vivo?”, se pregunta Haydée, con una mezcla de dolor y furia. Y su pregunta retumba en las conciencias de todos.
Este clamor, el de una madre rota, se suma a la sinfonía del sufrimiento de muchas familias cubanas. Pero también se convierte en un eco de resistencia, un llamado a no olvidar que, bajo cada caso silenciado, hay un rostro, un nombre, una vida que exige justicia.
Del perfil de Ricardo Galban Casals