Mientras un hotel se levanta, un barrio se desmorona en el vedado cubano
Redacción de CubitaNOW ~ jueves 27 de noviembre de 2025
La construcción de un nuevo hotel de 25 pisos en El Vedado —un proyecto de la empresa francesa Bouygues, con 520 habitaciones y tecnología de punta— vuelve a poner en evidencia una de las contradicciones más profundas del país: el desarrollo turístico avanza a toda velocidad mientras las comunidades que lo rodean se hunden en un deterioro cada vez más visible.
En medio del colapso de la infraestructura habanera, este hotel se levanta en !ra y B, como un símbolo del modelo económico que prioriza la inversión extranjera orientada al turismo, aún cuando no se han recuperado los niveles de visitantes de años anteriores ni existe una demanda real que justifique semejante expansión. Sin embargo, la maquinaria constructiva no se detiene: grúas, encofrados, materiales importados y un ritmo de trabajo que contrasta brutalmente con la inmovilidad del entorno.
Porque mientras ese hotel crece piso a piso, El Vedado —y especialmente esa zona costera donde golpean las penetraciones del mar— sufre un desgaste que supera ya lo estructural y se vuelve casi existencial. Los vecinos reportan cada vez menos entradas de agua, apagones constantes, calles destruidas, aceras rotas y un aumento palpable de la acumulación de basura. Es un cuadro que no solo evidencia abandono, sino también falta de prioridades: no hay recursos para arreglar un salidero, pero sí para levantar un hotel de lujo.
El contraste es tan visible que ha dejado de ser una metáfora para convertirse en una escena cotidiana: mientras las grúas siguen elevando la estructura del nuevo edificio turístico, los residentes sortean charcos de aguas negras, viven con el miedo de las próximas penetraciones del mar y ven cómo se derrumban fachadas, servicios y expectativas.
Este tipo de proyectos no solo amplifica un modelo desigual, sino que también deja una pregunta incómoda: ¿para quién se construye Cuba hoy? Porque a juzgar por lo que sucede en El Vedado, mientras un hotel se eleva hacia el cielo, el barrio que lo rodea continúa hundiéndose en una crisis que parece no tocar fondo.