“Mi cubita se está muriendo”, dice con la voz quebrada un creador cubano en un video que se ha vuelto viral en redes sociales. En sus palabras, no hay política, solo el desgarro de quien regresa a su tierra y no reconoce el país que dejó atrás.

“Tú no sabes lo que siento cuando regreso a mi Cuba y veo todo lo que está pasando. Se me rompe el corazón”, confiesa mientras su mirada se pierde entre las calles vacías, los edificios en ruinas y la tristeza de la gente.

Su mensaje ha tocado fibras profundas. “Hermano, dijiste lo que muchos pensamos”, comenta una usuaria desde Miami. Otro responde desde Santiago: “Aquí seguimos resistiendo, pero cada día es más difícil”. Y alguien más añade: “No hay comida, no hay medicinas, pero lo que más duele es ver que ya casi no queda esperanza”.

El video se ha compartido miles de veces, porque resume el sentimiento colectivo de una nación dispersa: el dolor de ver morir lentamente al lugar que una vez fue hogar. La Cuba que este creador describe no es solo geografía, sino memoria, identidad y desarraigo. Verla deteriorarse es como ver marchitarse a una madre.

Muchos cubanos en el exilio se han sentido reflejados. Algunos han comentado que, al regresar de visita, también han sentido ese nudo en la garganta al ver niños buscando comida entre los desperdicios, ancianos mendigando o jóvenes soñando solo con emigrar. “No es fácil amar un país que no te deja vivir en paz”, escribió otro seguidor.

Lo que hace poderoso el testimonio no es la denuncia, sino la emoción: la mezcla de amor y tristeza por una patria que agoniza. En cada palabra hay un eco de los que se fueron y de los que se quedaron, unidos por una misma pena.

El creador concluye su video con una frase que muchos han convertido en lema: “Amo a mi Cuba, aunque duela”. Esa simple oración resume el sentir de una generación que no renuncia a su raíz, aunque la patria, como él dice, “se esté muriendo”.

Quizás por eso su mensaje se ha hecho viral: porque no hay nada más universal que el dolor de amar algo que se pierde.

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