"Medallas que no sirvieron de nada", titula este cubano decepcionado un requiem por su abuelo fallecido.

 El cubano señala a su abuelo Eduardo de Saá Martínez, nacido en Santiago de Cuba, el 9 de Junio de 1934, como un combatiente de la lucha clandestina en la isla y un hombre integrado al sistema político en Cuba hasta su deceso.

“…siempre soñé con ver a mi abuelo el día de su partida con todas sus medallas y con la bandera de Cuba, por la que tanto luchó, y claro como era nuestro sueño de pequeño ver una Guardia de Honor, pero la triste realidad me sorprendió, cuando en la mañana del día 27, falleció quién fue lo más grande para toda la familia. Desde la mañana en que recogí su certificado de defunción se hizo la coordinación para que la funeraria enviara el carro fúnebre y no fue hasta las 7.19 de la noche en que se apareció el mismo”, cuenta.

Muy triste, este joven revela que su abuelo ni siquiera “fue enterrado en la bóveda de los combatientes por esta estar colapsada, según ellos (funcionarios locales), pero tampoco tuvo una representación de ninguno de los representantes de la Asociación de Combatientes, sin recibir siquiera en vida la atención que estas personas ameritaban”, revela.

Lo más doloroso para este nieto de un combatiente es que hoy una camarilla vive y reina en Cuba “sin haber hecho nada”, mientras señala: “sin embargo quienes expusieron su vida para que esta Revolución fuera lo que fue un tiempo atrás son enterrados como perros”.

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